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“Se cometió un error al autorizar a civiles a actuar en la represión»

El cardenal Jorge Urosa Savino, presidente de honor de la Conferencia Episcopal Venezolana, repudió que uniformados estén haciendo un uso excesivo de la fuerza contra manifestantes y consideró un error que el gobierno haya autorizado a civiles a reprimir protestas.

Criticó que los líderes de la oposición, en su opinión, no hayan llamado suficientemente a sus seguidores a evitar la violencia y aclaró que no está de acuerdo con que se construyan barricadas. Cree que el diálogo es posible.

A continuación la entrevista con El Nacional:

—¿Qué evaluación hace a un mes de protestas que han dejado 28 muertos, 365 heridos y más de 1.500 personas presentadas en tribunales?

—Primero deploro las muertes de quienes han fallecido en medio de una violencia que no tenía que suscitarse. La violencia, la represión y el vandalismo no son los caminos para resolver los problemas. Las protestas surgen sobre todo por el anhelo de los estudiantes de tener futuro, de tener vida.

—¿Cree en el llamado al diálogo del gobierno?

—El diálogo es necesario y es posible. El país necesita de todos. El gobierno está obligado a sentarse con todos los sectores, a tener en cuenta las aspiraciones de la gente y a resolver las dificultades del pueblo.

—¿Y el gobierno está cumpliendo con eso?

—El gobierno tiene que bajar el tono del discurso, que es ofensivo y emotivo, que es hablar con el puño cerrado.

—¿Cómo se maneja la CEV si cada arquidiócesis puede decidir si acude o no al llamado del gobierno? (Monseñor Baltazar Porras se negó).

—La postura de los obispos es una: la necesidad del diálogo, rectificación y encuentro. Monseñor Porras en Mérida adujo razones por las cuales no creyó que hubiera condiciones para el diálogo. El diálogo no puede ser solo sentarse a conversar. Hay que tener en cuenta una agenda, la actitud y la intencionalidad del encuentro. La CEV acudió a la Conferencia Nacional por la Paz. Eso estuvo muy bien porque fue un inicio, pero debe continuar con cosas más concretas.

—¿Cuáles temas deben estar en la agenda?

—El problema de los medios; de que haya un verdadero desarme, porque uno de los principales problemas es la inseguridad, el hecho de que todos estamos en peligro de ser asaltados, secuestrados, atacados y asesinados. También está el desabastecimiento.

—¿La CEV puede ser mediadora?

—Sí, estamos dispuestos y lo hemos reiterado. Podemos hacer un papel importante como facilitadores con nuestra actitud de hermanos, padres y amigos de todos, de que no estamos buscando poder político.

—¿El gobierno ha actuado acertadamente?

—Ha habido un uso excesivo de la fuerza; funcionarios que han participado en la muerte de varios ciudadanos. Se ha cometido un error al autorizar a civiles a actuar en la represión y disuasión de las manifestaciones.

—¿Y la oposición?

—Creo que ha habido mucha confusión, que no se han planteado objetivos específicos, que no han llamado suficientemente a sus seguidores a evitar la violencia. No estoy de acuerdo con las barricadas. Por lo menos tres personas han fallecido en barricadas.

—¿Qué opina de que la defensora del pueblo, Gabriela Ramírez, haya dicho que la situación debe ser vista en el contexto de que hay 20.000 guardias y 40 denuncias de torturas?

—No he visto esas declaraciones, pero a la defensora le faltó decir que rechaza toda la violencia y la actuación ilegal de los funcionarios.

—¿Hay democracia y Estado de Derecho en Venezuela?

—Hay muchas fallas que deben entrar en la agenda de diálogo.

—¿Cuáles?

—Allanamientos, uso excesivo de la fuerza, detención de personas que luego son sometidas a presentación cuando no hay elementos en su contra. Hay muchos elementos.

—¿Teme que se haga una lista Tascón con los manifestantes, como advirtió monseñor Roberto Lückert?

—Eso hay que descartarlo. No puede haber nunca más una lista Tascón.

—¿Cree que la CEV hubiera podido o podría hacer algo más en el futuro por el diálogo y la paz?

—Sí, pero hay que tener en cuenta que los problemas políticos deben ser resueltos por operadores políticos.