Así será el acto de canonización de dos papas este domingo
La ceremonia de canonización de Juan Pablo II y Juan XXIII, que se celebrará el próximo domingo a partir de las 10:00 horas (hora local) en la Plaza de San Pedro del Vaticano, seguirá un rito simplificado y contará con las reliquias de sangre y piel de Juan Pablo II y Juan XXIII, respectivamente.
La misa en latín estará precedida por la coronilla de la Divina Misericordia, que se recita empleando el Rosario, y por cantos interpretados por los coros de Roma, Bérgamo, Cracovia y el coro oficial de la Capilla Sixtina.
El Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, el Cardenal Angelo Amato, hace tres peticiones al Pontífice para que inscriba a los beatos —en este caso, Juan Pablo II y Juan XXIII— en el libro de los Santos. Primero lo pide con “gran fuerza”, una vez más con “mayor fuerza” y, por último, con “grandísima fuerza”.
A continuación, el Santo Padre ejercerá toda su autoridad como cabeza de la Iglesia universal a través de una oración: “En honor de la Santísima Trinidad, por la exaltación de la fe católica y el incremento de la vida cristiana, con la autoridad de nuestro Señor Jesucristo y de los santos apóstoles Pedro y Pablo, después de haber reflexionado largamente e invocado la ayuda divina y escuchando el parecer de muchos de nuestros hermanos obispos, declaramos santos a Juan XXIII y a Juan Pablo II”.
En el marco de las ceremonias, una mujer de Costa Rica tendrá un papel destacado. Será Floribeth Mora, cuya curación inexplicable permitirá elevar a los altares al papa Juan Pablo II.
La costarricense quiere llevar su “testimonio de fe y esperanza por el mundo”, según contó este jueves a la AFP tras llegar a Roma para asistir a la ceremonia de canonización.
“Mientras me inviten a otros países, como lo hicieron México, Argentina o Panamá, donde estuve, lo voy a seguir haciendo. No importa el cansancio. Seguiré llevando un mensaje de fe y esperanza al mundo”, contó Mora, de 50 años, quien llegó acompañada por su marido, Edwin Solano y dos de sus cinco hijos, Keiner y Edwin.
La mujer, que ha recibido peticiones y cartas de numerosos latinoamericanos para el papa argentino, espera conocer pronto a Francisco tras la ceremonia del domingo en la que será canonizado también Juan XXIII.
“Estoy ansiosa por conocer al papa y orgullosa de que Francisco sea nuestro. Este hombre va camino a la santidad”, sostiene Mora, quien tiene una agenda apretada en Italia, con numerosas entrevistas para la prensa escrita y la TV.
“Soy una persona muy creyente y nunca he dudado de los milagros”, confiesa la costarricense, a la que se le empañan los ojos de emoción al recordar el día en que ocurrió “el milagro”, la curación repentina de un aneurisma cerebral, justamente el domingo de la beatificación de Juan Pablo II, el 1 de mayo del 2011, transmitida en directo por la televisión a medio mundo.
“Escuché una voz y era la voz de Juan Pablo II. Vi las manitas que sobresalían de la fotografía de Juan Pablo de un suplemento de un periódico. Eran las suyas. Es indudable que había sido por intercesión de Juan Pablo II”, rememora la señora, a quien los médicos habían desahuciado en abril del 2011 al haberle diagnosticado un aneurisma en el lado izquierdo del cerebro, que clínicamente era imposible de erradicar.
“Nunca imaginé que me iba a suceder todo esto. Yo siento que Dios me encomendó esa misión”, confiesa.
“La voz me decía ‘levántate, no tengas miedo”, cuenta la centroamericana que desde ese instante sintió que se había recuperado.
El proceso para certificar la curación milagrosa duró varios meses durante los cuales fue sometida a numerosos exámenes médicos, incluso en Italia.
“El proceso fue muy duro y largo. He sido vista por muchos médicos y neurólogos, hasta que confirmaron que no había daño en mi cerebro, y que mi cuerpo no tiene alguna secuela que indique que tengo daño físico”, sostiene.