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Zulianos vivieron la Pasión de Cristo y oraron por Venezuela

Envueltos por un incesante calor, pero inspirados por un interminable fervor, miles de zulianos se concentraron, el pasado miércoles, en la Catedral de Maracaibo para rememorar la Pasión de Jesús con el tradicional Vía Crucis, que se celebra año tras año, y pedir por la paz de Venezuela.

Más de 3.000 feligreses rememoraron las últimas horas en vida y la resurrección del Salvador en las imágenes de Jesús atado a la columna, de la parroquia Santa Lucía; Jesús, Humildad y pPaciencia, de la Catedral; El Nazareno, del Convento; Cristo crucificado, de Cristo de Aranza; El Calvario, de Santa Bárbara; La Piedad, de la Basílica, y El Señor de los Milagros (Santa Bárbara).

La Pasión fue recordada en 14 paradas que aluden a las 14 estaciones del sufrimiento de Jesús, desde que es condenado a muerte hasta que resucita. El acto se realizó en el Paseo Ciencias, en el casco central de la capital zuliana.

En cada una de las paradas, los fieles leían las lecturas y oraban, siendo reflejo de las horas más difíciles para Jesús. Los miembros de la sociedad Servidores de María cargaban sobre sus hombros cada imagen.

El párroco de la Basílica Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, presbítero Eleuterio Cueva, condujo la procesión: “Aquí vamos reunidos como hijos de Dios recordando sus últimas horas de vida, pero llenos de fe. Aquí vamos orando por la paz de nuestro país”.
La procesión partió desde la Catedral y llegó hasta el monumento de la Chinita.

Antes de salir a la procesión, la Arquidiócesis de Maracaibo celebró, a las 5:00 de la tarde, la tradicional misa de las Señas en la catedral.

La mayoría de los fieles vistieron de púrpura como agradecimiento a El Nazareno por los favores concedidos, colmando la iglesia, ubicada frente a la plaza Bolívar.
Cuatro canónigos con vestiduras negras, como símbolo del pecado, caminaron despacio y se rindieron a los pies del altar del templo, con el cuerpo cubierto por la túnica.

El obispo auxiliar de Maracaibo, monseñor Ángel Caraballo, vestido de púrpura en representación de la sangre de Cristo, pasó sobre sus cabezas una banderilla negra con una cruz roja que simboliza la vida y la resurrección. “Esto es un testimonio de que la feligresía también participa de la catequesis”.

Son pocas las iglesias que realizan este tipo de actos en el país. Solo en Caracas, Mérida y Maracaibo han mantenido la tradición durante más de 30 años. Este tipo de eucarístia es originaria de Sevilla, España.