¡A tomar previsiones! La sequía se sentirá más en el último trimestre del año
La sombra de una sequía prolongada se cierne sobre Venezuela y buena parte del Caribe y Suramérica. Los efectos del calentamiento anormal de la superficie oceánica, traducidos en el fenómeno climático conocido como Niño, podrían marcar uno de los años más secos desde 2009, período recordado por registrar una de las peores sequías de las que se tenga referencia.
En enero de 2010, las ruinas de una iglesia en Potosí, en la represa Uribante-Caparo, quedaron al descubierto tras secarse el embalse. La imagen recorrió Venezuela dejando una prueba fehaciente de la peor sequía en 50 años para entonces.
Ángel G. Muñoz, coordinador del Eje de Geociencias del Centro de Modelado Científico de la Universidad del Zulia, asegura, que de acuerdo a proyecciones basadas en información de mayo, para Zulia se esperan pocas precipitaciones. “Para Zulia tenemos proyecciones de precipitaciones bajo lo normal y en general para Centroamérica, El Caribe y el norte de Suramérica se tiene probabilidades de precipitaciones bajo la normal (…) En Zulia habría precipitaciones ligeramente bajo lo normal para junio, julio y agosto”.
No obstante, la proyección es menos alentadora para el trimestre de julio, agosto y septiembre, período en el que existe una mayor probabilidad de merma en las lluvias, “incluso pudiera haber una sequía declarada como tal”, advirtió.
La probabilidad de que El Niño perdure en el trimestre de junio, julio y agosto de 2014 es del 60%. Las probabilidades para octubre, noviembre y diciembre es de casi 80%. A medida que nos adentremos en el año las probabilidades se incrementan.
“Por los momentos lo que podemos decir es que esperamos un Niño débil. En caso que se mantenga débil podríamos tener precipitaciones bajo lo normal, pero si se intensifica enero y febrero pudieran ser más secos de lo normal.
El Niño es un ciclo de anomalías de temperaturas en la superficie del Oceáno Pacífico. Cuando se sobrecalienta la temperatura de la superficie del océano a eso lo llamamos El Niño, si está más frío en La Niña. Ambos son manifestaciones de las temperaturas de los oceános.
“A lo largo del Ecuador los mapas de temperatura muestran una franja roja (cuanto más rojo más cálido, cuando más azul más frío), en la latitud cero que se extiende a lo largo del Ecuador, que se extiende desde Suramérica hacia Australia. Se tiene un Niño, y cuando se produce se esperan precipitaciones por debajo de lo normal en el noroeste de Suramérica lo cual incluye a Suramérica y en particular al Zulia”, detalló el experto.
Muñoz aseguró que: “Hay un Niño débil, ya hay rangos de temperatura en la superficie del océano para declarar un año Niño. Lo que no está claro es cuál será la intensidad del Niño. Esto es un ‘juego’ entre la atmósfera y el océano, si la atmósfera responde ante estas anomalías de temperaturas en el Pacífico, podemos tener condiciones normales de precipitación o condiciones que no son tan graves como en otros Niños”.
“El hecho de que esté muy cálido el Pacífico significa que la circulación de vientos, que son los que transportan la humedad que produce precipitación, se comportan de una determinada manera. Este Niño es uno muy particular porque la atmósfera no está respondiendo al océano, al menos todavía. El Niño, como anomalía de temperaturas en la superficie del océano ya está, lo que no sabemos bien en este momento es cuál será su intensidad. Esa intensidad depende de cómo se acople el océano con la atmósfera”.
A la fecha la atmósfera no está respondiendo, o si lo está haciendo lo está haciendo muy débilmente. Cuando tienes una zona en el océano más cálida los vientos van a intentar ir a esa zona más cálida, cuando está muy cálida la atmósfera va a intentar ir hacia esa zona, va a transportar humedad hacia ese lugar y algunos otros sitios como Venezuela no habrá suficiente humedad, no habrá precipitaciones, cambian los patrones de circulación atmosférica.
En caso que la atmósfera responda a los cambios de temperatura en la superficie oceánica “deberíamos tener tendencia de precipitación por debajo de lo normal, y si la respuesta de la atmósfera es muy intensa podríamos hablar de sequía”.
Aclaró que: “el Niño no tiene nada que ver con el cambio climático, es algo que ha estado allí, que se llama variabilidad climática, es un fenómeno normal de la naturaleza que pudiera amplificarse o disminuirse con el cambio climático a final de siglo. En este momento es un ciclo de la naturaleza”.
Enero y febrero, incluso marzo son meses secos en Venezuela. Este Niño podría ocasionar precipitaciones bajo lo normal entre los meses de julio en adelante, que son meses de precipitación. Si El Niño se intensificara por una respuesta de la atmósfera al calentamiento del Pacífico podría llegarse a una sequía.
“Tenemos que mantener una vigilancia continua de las condiciones para ver si se da una alerta de sequía. Cuando se tiene una alerta de sequía hay que tomar las acciones del caso, en este momento estamos en observación para ver si El Niño se intensifica porque pudiera ocurrir una sequía importante”.
Con información de Panorama