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Por primera vez en la historia La Chinita recorrerá el Vaticano

El 18 de noviembre, que es una de las ceremonias litúrgicas más hermosas de la piedad cristiana y del fervor mariano en el país, y especialmente en Zulia, ya ha traspasado fronteras, pues aunque en Madrid se celebra esta actividad de fervor chiquinquireño desde hace 11 años, ahora se vivirá en el Vaticano

La devoción chiquinquireña llega a Roma. Por primera vez en la historia, este domingo 9 de noviembre, a las 11.00 de la mañana, se realizará la Bajada de La Chinita en la Plaza de San Pedro, Ciudad del Vaticano, durante el Ángelus dominical oficiado por el papa Francisco. La procesión será escoltada por centenares de fieles por toda la plaza para impartir la bendición a sus más fervientes devotos.
El 18 de noviembre, que es una de las ceremonias litúrgicas más hermosas de la piedad cristiana y del fervor mariano en el país, y especialmente en Zulia, ya ha traspasado fronteras, pues aunque en Madrid se celebra esta actividad de fervor chiquinquireño desde hace 11 años, ahora se vivirá en el Vaticano. El domingo 16 se tiene previsto un cónclave con toda la comunidad venezolana en Roma para celebrar al son de gaitas y serenatas una eucaristía en honor a La Chinita.
La ceremonia de La Bajada de la Virgen fue impulsada por monseñor Roberto Lückert, tiene un gran significado teológico: la bajada de lo alto, de lo sagrado, de lo divino a lo humano, la vida histórica de la persona que lo recibe con fe, piedad y mucha devoción. Al finalizar el descenso de la reliquia cuya imagen se renovó el 18 noviembre de 1709, un grupo de feligreses da el beso a la tablita; el beso que se imparte es el signo de reverencia, respeto, gratitud y amor con el cual se recibe a la Virgen, patrona del Zulia.
Es un acto público de fe, un gesto de educación y una manifestación de unidad entre lo sagrado y humano. Recibida la sagrada imagen venerada de Mariana por su pueblo en hombros de los Servidores de María, bajo una lluvia de pétalos de rosas, la «Sagrada Dama del Saladillo» imparte su bendición mientras recorre las calles en procesión.