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La Chinita recorrió el Saladillo para derramar Bendiciones

La Chinita recorrió El Saladillo durante cinco horas, en su acostumbrada procesión de la Aurora, para despedirse de los marabinos. La gente, con aplausos y gaitas, le dijeron hasta luego a la patrona de los Zulianos. La Virgen lució inmaculada con un manto fucsia bordado con piedras preciosas

Ni el sueño ni el cansancio le impidieron a miles de zulianos acompañar a su Patrona en su último recorrido antes de subir a su nicho. (Foto: José Nava)
Lunes, 01 Diciembre 2014 00:00423 CLICS
Desde tempranas horas de la tarde del sábado se concentraron los devotos de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá en la Basílica. Pacientemente esperaron las 11.30 de la noche cuando el padre José Domingo Alvarado ofició la misa que despediría a la Patrona de los zulianos hasta el próximo año, en octubre, cuando baje nuevamente de su nicho para encontrarse con su grey. Pasada la medianoche se escucharon las gaitas de Los Colosales y cinco canciones después, empezó el recorrido por el barrio El Saladillo.
Miles la acompañaron y recorrieron, durante cinco horas, las angostas calles que se prepararon especialmente para la procesión. Casas adornadas con globos blancos y celestes se rindieron fielmente a la presencia de la Virgen Morena y a los servidores que la trasladaban con un rápido andar. Quienes la acompañaron no le perdían el paso y algunos iban descalzos pagando promesas, o simplemente por fe, emocionados con lágrimas en los ojos, mientras eran resguardados por los diferentes cuerpos de seguridad y orden público.
A las 5.30 de la mañana se acercaba la Virgen a sus aposentos mientras otros miles la esperaban en la plazoleta de la Basílica. El sonido de las campanas indicó su llegada y con ella el repique de los tambores de Barrio Obrero de Cabimas, quienes entonaron las gaitas que cada año le brindan a La Chinita en su última serenata, antes de subir a altar que la guardará hasta la próxima bajada.
Milagros, honores y fe
“Yo estoy aquí porque cuando nací tuve una infección en el ombligo y mi mamá le pidió a La Chinita que me salvara, porque realmente me salvaba de milagro. Desde muy pequeña mantengo la tradición y así será hasta que llegue a viejita. Es una emoción muy hermosa ver a mi China, se siente paz y tranquilidad”, contó Tanyela Arrieta, de 18 años, quien admiraba y cantaba a la Virgen con lágrimas en los ojos.
Víctor Escalante es un Servidor de María desde hace 15 años. Pertenece al grupo San Antonio, que sacó a la Dama del Saladillo de la iglesia al inicio de la Aurora. “Fue la única vez que la cargué en la noche. Es algo inexplicable, es un orgullo y una bendición para cualquier zuliano, su peso se vuelve nada cuando la llevas en hombros a hacer el recorrido”, aseguró el muchacho de 25 años.
Miriam Alicio, devota, tiene la tradición de asistir a la Aurora con su familia. Su hijo es servidor. “Yo era hija de María y desde entonces la tradición ha estado en la familia, todos los años venimos. Sentimos una emoción muy grande, es algo difícil de explicar”.
Virgen Impecable
Un hermoso manto color fucsia bordado con piedras preciosas, la vistió para su última procesión del año. Flores en tonos pasteles adornaron el dorado cetro donde reposó durante el mes y una semana que tuvo de encuentro con la feligresía zuliana.