Oscar D’León: No me preocupé nunca del Festival de Viña del Mar
En los días de Festival, es habitual escuchar en boca de diversos artistas las mismas ideas articuladas en diversas frases: Que este escenario es lo máximo o que consagra a quien lo pise.
Entre esas declaraciones, otra usual: Que siempre se soñó con estar aquí, casi desde el minuto mismo en que se decidió ser artista. Por eso, quizás lo primero que resulte llamativo en Oscar D’León es su salida de ese libreto.
En sus 42 años en el ruedo, al venezolano ni se le pasó por la cabeza la opción de presentarse alguna vez en el Festival, y su carrera prosiguió sin instalar nunca la palabra «Viña» en algún norte posible.
«Me veía que nunca iba a participar, pensé que el género salsa no tenía cabida. Como no veía la posibilidad de estar aquí, me inhibí de pensar en Viña del Mar. No me preocupé nunca», cuenta en la Ciudad Jardín. Por lo mismo, confiesa que incluso «no tenía ninguna idea forjada» en relación con el evento y sus características.
Pero el lado positivo para el salsero es que ello también abrió la puerta a la sorpresa, luego de cuatro días presenciando cada velada desde su silla en el jurado.
«Es algo impresionante. La organización ha sido óptima, hay que poner siete. Es superior a cualquier festival», celebra.
Aunque su más reciente producción discográfica está orientada al swing, D’León adelanta que su presentación de este viernes, en el cierre del certamen, va a estar enfocada en la salsa, género en el que le cuelgan el cartel de prócer. “A eso vine”, recalca.
Claro que eso en Viña no es garantía de nada, y bien lo sabe uno de sus congéneres, Willie Colón, quien fue pitado durante su presentación en 1994. O Los Tigres del Norte, titanes de la música norteña, que también fueron pifiados en 2006.
Pero Oscar D’León se tiene fe, pese a que «hay una inquietud». Y su confianza se hace extensiva también ante la particular combinación de su noche, con un grueso de público que adquirió tickets para ver una oferta tan diferente como la de Cat Stevens.
«Tengo mi esencia, conocimiento, paciencia, y sobre todo sapiencia, para mover a ese público», afirma el venezolano. “He hecho mucho teatro y he parado a la gente de la silla a bailar”, agregó.
El salsero llegará además a casi dos años de haber sufrido un accidente casero que lo dejó sin visión en su ojo izquierdo, y que lo obligó a permanecer un tiempo lejos de los escenarios. Y aunque dice estar «todavía un poco con el problema» y en período de prueba con una prótesis, deja firmado que eso no afectará su desempeño en vivo. «No, no, chico, de ninguna manera», sentencia.