Carta abierta a Tibisay Lucena, por Gustavo Coronel
Sra. Lucena: en su entrevista televisiva con José Vicente Rangel usted, tuteándolo como se tutea a los íntimos amigos, ha respondido a quienes la acusan de ser una ficha del chavismo y de carecer de la imparcialidad y transparencia necesarias para manejar el Consejo Nacional Electoral. Su respuesta a estas críticas ha sido:
“Estos ataques, como tú bien dices, miserables, no los tomo a manera personal, José Vicente…. no me afectan en lo personal, pero veo claramente que hay laboratorios detrás de eso para poner en minusvalía, para poner en duda al Consejo Nacional Electoral, un trabajo de más de 10 años, 12, 15 años que tenemos llevando la excelencia a este Consejo Nacional Electoral, no para beneficio del Consejo si no para el beneficio de las electoras, de los electores y de la democracia venezolana en general”. Agrega usted que las críticas “tienen un denominador común en la descalificación de la mujer, no se descalifica la institución solamente, también se golpea a la imagen de la mujer”.
Quisiera comentarle lo siguiente, Sra. Lucena:
1. Puede agregarme a los atacantes “miserables” que usted menciona. Pienso que el CNE que usted ha dirigido, de manera ilegal y por ya bastante tiempo, es un organismo poco transparente y vergonzosamente parcializado
2. Quienes critican su comportamiento en ese organismo y al organismo como tal no son ni tienen por qué ser expertos en materia de equipos y programas de computación electorales. Esta especialización es harto enredada y ustedes se han encargado de hacerla aún más enredada. Sin embargo, todos sabemos que la automatización del proceso comenzó con grandes violaciones éticas, con una empresa llamada SMARTMATIC que surgió de la nada, en la cual el mismo régimen tuvo participación financiera y cuyos directivos pagaban los viajes, las estadías hoteleras y hasta los masajes del entonces presidente del organismo, Sr. Jorge Rodríguez
3. Las críticas de la mayoría de los venezolanos tiene que ver con:(a), la falta de transparencia del Registro Electoral permanente, el cual nunca ha sido auditado de manera independiente y profesional; (b), la negativa de ustedes a permitir una observación electoral independiente, lo cual es segura señal de tretas y maniobras fraudulentas; (c), la manera indecorosa en la cual ustedes permiten y promueven cambios súbitos de reglas para perjudicar a la oposición; (d), los cambios de territorios electorales (gerrymandering) para favorecer al régimen; (e), las triquiñuelas baratas como la tarjeta del tarjetón que también dice UNIDAD pero que pertenece al régimen; (f), la inhabilitación arbitraria y ventajista de candidatos de la oposición; (g), la anormalidad electoral que existe en las fronteras colombo-venezolana debido a una maniobra obscena (rima con Lucena) del régimen.
Otros críticos del organismo seguramente podrán añadir señales adicionales de ventajismo y actividad pro-régimen por parte del organismo que usted preside.
4. Ya hace tiempo que los venezolanos sabemos que el fraude que ustedes avalan y comparten no se lleva a cabo solo el día del acto electoral sino que es un proceso que comienza mucho antes, que se ejerce durante el acto y continúa después del acto. En ese proceso fraudulento están involucrados el régimen y todos sus poderes; funcionarios del régimen traicioneros de su misión ciudadana, como el Director de la Universidad de las Fuerzas Armadas, amenazando abiertamente a esa comunidad con represalias si no votan y hagan que otros voten o como la gerencia de PDVSA, desde Ramírez hasta Del Pino, que usa el dinero de la Nación y los activos de la Nación para obligar a sus empleados a participar a favor del régimen, violando la libertad de elección.
5. Este proceso viciado y corrupto cuenta con la aceptación silenciosa y no tan silenciosa del organismo que usted dirige.
6. Insulta usted a las mujeres venezolanas al decir que las críticas a su gestión son producto de un ataque al género femenino. Utiliza usted el mismo recurso barato y chantajista de Maduro, Ramírez y Cabello, cuando dicen que los ataques a sus desmanes son un ataque contra Venezuela. Las críticas que usted merece no se deben a su condición de mujer sino a su conducta. Su arrogancia la lleva a mostrar de manera impúdica su sesgo pro-régimen. Usted va al programa de su amigo JVR, allí donde solo van las fichas del chavismo. Ni siquiera se cuida usted de las apariencias.
7. La crítica en su contra, Sra. Lucena, no tiene que ver con su género. En Venezuela hay mujeres honestas en su actuación pública y otras que no lo son, así como hay hombres honestos y otros que no lo son. Atacar la deshonestidad en un hombre o en una mujer no puede ser tomado como un ataque al género. Yo admiro a María Corina Machado pero no a Luisa Ortega Díaz. Admiro a Charito Rojas pero no a Iris Varela. Los venezolanos no somos misóginos, simplemente despreciamos la falta de honestidad intelectual, así esté presente en una mujer.
Si usted fuera una persona honesta no estaría en esa posición, a la cual ha llegado de manera ilegal y en la cual permite que una de las partes obtenga indebidas ventajas y haga toda clase de marramucias para tratar de ganar elecciones a toda costa.
Como dice su jefe, ustedes quieren ganar: “Como sea”. Ustedes son tramposos, Sra. Lucena, y por eso la opinión pública internacional habla abiertamente del organismo que usted dirige como parcializado y corrupto.
Sinceramente,
Gustavo Coronel
Por Gustavo Coronel / Lapatilla