De aquí y allá
Por: Mariana Reyes
Es normal que en un país donde ocurren 10 saqueos cada día, la inflación mensual supera 20%, el secuestro tiene un repunte de 170% y la oposición enfrenta a un gobierno que además de autoritario, no comprende el significado de la palabra “leyes”, nos olvidemos que hay un mundo allá afuera. En serio, es normal. Es lógico que naveguemos en nuestra propia ola de desastres, la que nos lleva a ver niños muriendo por falta de medicamentos, o personas comiendo de la basura. Es normal que el tiempo se haga corto para mirar un poco más lejos.
Basta que llegue un loco a matar a 50 personas y a herir más de medio centenar, para obligarnos a mirar más allá de nuestra propia acera.
La observación simultánea de estas dos realidades paralelas: Venezuela-Orlando-Venezuela-Orlando, nos genera poco menos que terror. Si amigos, el mundo está caotizado. Aparentemente por distintas causas. Pero en el fondo, todo subyace en el mismo lugar: el odio, el resentimiento, el fanatismo, el sinsentido. Todos estos, motores que nos conducen a esta especie de inframundo en el que nos tocó vivir a nuestra generación, no importa nuestra ubicación geográfica.
No pretendo con esto comparar la matanza de Orlando con la crisis humanitaria, política y económica que atravesamos en el país, nada más lejos de eso. Simplemente apuntar, que estos desmanes tienen en común los aspectos que ya mencioné. Que no son sino, la materialización de las bajas pasiones humanas: el miedo y el ego que busca saciar sus ansias de poder y supremacía, aunque eso implique llevar a una sociedad al clímax del colapso. O aunque signifique asesinar a 50 inocentes y herir a más de 50.
Lo cierto es que la matanza de Florida, será un tsunami en la campaña electoral de Estados Unidos. Su onda expansiva apenas comenzó a verse en los primeros discursos de los candidatos presidenciales. Y se convertirá en la nueva hoja de ruta de lo que queda de contienda: terrorismo, inmigración, regulación en la venta de armas, pasaron obligatoriamente al Trending Topic de la opinión pública estadounidense. Hay suficientes ejemplos para ilustrar lo susceptible que son los electores frente a temas que involucran la seguridad nacional.
El mal manejo del entonces presidente del gobierno de España, José María Aznar, tras el atentado terrorista del 11M en Atocha, le dieron a Rodríguez Zapatero un espaldarazo que fue determinante en su triunfo en las presidenciales 3 días después. El equivocado discurso de Aznar, le valió a España la elección del presidente más desprestigiado de ese país y de todo el PSOE. Ese es por cierto, el árbitro que ha elegido Maduro para conducir el inexistente “diálogo” con la oposición.
Algo similar ocurrió en Estados Unidos cuando tres años después del 11S, un video de Osama Bin Laden reavivó la llama aún encendida del terrorismo, y posicionó a George Bush como el hombre indicado para combatir al radicalismo islámico, en contraposición con el candidato demócrata John Kerry.
Así pues, Donald Trump no tardó en felicitarse a si mismo, al recordar que su política anti islámica, es una necesidad ahora más vigente que nunca. Seguramente se frotaba las manos pensando que el atentado, le daría aun más argumentos para demostrar con su retórica, que él es el hombre indicado para combatir el odio y el terror. Dios nos agarre confesados…