A 49 años del terremoto, Caracas todavía busca reducir los riesgos
El Terremoto de Caracas de 1967 ocurrió a las 8:05, hora legal de Venezuela, tuvo como epicentro el Litoral Central, con una profundidad de 15.9 Km, y duró 35 segundos.
Según el balance oficial se produjeron 236 muertes, algunas fuentes dan cuenta de 300 fallecidos, y 2.000 heridos. Las pérdidas materiales alcanzaron los 10 millones de dólares.
El desastre dejó a unas 80 mil personas sin vivienda, seis edificios fueron destruidos, 40 edificios fueron declarados no habitables, 180 edificios sufrieron deterioros graves un número no determinado de quintas presentaron daños en las fachadas, paredes, frisos, balcones, cornisas y aleros.
Al sismo le siguieron unas 30 réplicas, la primera unos 40 minutos después del terremoto.
La tragedia hizo que se comenzaran a tomar en serio normas y protocolos para la construcción de edificaciones sismo resistentes. Se tomó conciencia de que Venezuela es un país sísmico con varias fallas geológicas activas -Boconó, San Sebastían, El Pilar y Oca-Ancón.
“En 1967 no había una normativa sobre construcciones sismoresistentes, tan solo había una página de recomendaciones”, explica Aura Fernández, presidenta de la Fundación Venezolana de Investigaciones Sismológicas (Funvisis).
Desde entonces, explica la ingeniera civil, especialista en construcciones sismoresistentes, es mucho lo que el país ha avanzado desde el punto de vista de la normativa de construcción para minimizar los riesgos que para la población y la infraestructura implica un movimiento telúrico.
Precisamente Funvisis es una respuesta al terremoto, esta institución cumplió el 27 de julio 44 años de fundada.
Actualmente el país cuenta con la norma Covenin 1756-1:2001, que es la última actualización de la normativa adoptada en 1982.
Esta norma, explica Aura Fernández, recoge todo el aprendizaje logrado tras el estudio de los daños del terremoto del 67, así como experiencias internacionales. Rige tanto para construcciones de concreto como de acero.
No solo toma en cuenta materiales y formas de construcción, sino lo lugares donde se decide construir, la geología del terreno.
“Si observamos bien, durante el terremoto de 1967, la mayor concentración de daños se produjo en Los Palos Grandes, en edificios de más de 8 pisos. Esto pasó porque la zona tiene lo que se conoce depósito de suelos profundos -es un tipo de suelo sedimentario- que obliga a ser más rigurosos a la hora de construir edificaciones más altas”.
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