El mensaje que envió Rosmit Mantilla al cumplir otro mes de cárcel
El ascenso del embalse de Guri atrajo buenas noticias para los venezolanos del interior del país; el Plan de Administración de Carga (PAC) fue suspendido este viernes luego de 67 días interrumpiendo el servicio eléctrico por cuatro y tres horas diarias. Ahora la represa se enfrenta a una problemática: tratar de no volver a su zona de colapso sin la reducción de demanda, que garantizaba cerca de 55 por ciento de su aumento.
El embalse, al registrar su cota 249,29 metros sobre el nivel del mar (msnm), todavía le faltan 12 metros por recuperar para alcanzar su mejor zona de operación, que está por encima de los 261 msnm. Al mismo tiempo una gran parte de las unidades termoeléctricas del país acumulan horas de servicio y mantenimientos vencidos, afirma José Aguilar, consultor internacional en energía eléctrica.
“Si el parque térmico continúa su desempeño subestándar, entonces, Guri estaría en riesgo y ultra dependiente de la generosidad de las precipitaciones de la naturaleza”. El primer semestre de 2016, los caudales de aporte al embalse estuvieron 25 por ciento por debajo del promedio histórico, por lo que habría que mantener en observación la situación.
El mejor período de lluvias para el Guri todos los años va desde junio a septiembre, destaca el ingeniero. De junio y julio se espera la mayor cantidad de aportes, por lo que en este momento, la represa transita el tiempo más favorable para su recuperación.
Aguilar asegura que es “inevitable” que los racionamientos no programados vuelvan y se atribuyan a mantenimientos o actos de sabotaje. Una situación que podría evidenciarse a partir del 20 de agosto, la fecha en la que, por el comportamiento cíclico, se prevé un incremento en la demanda.
A pesar de sus cálculos sobre el conflicto de la sequía el experto afirma: “El problemón no es el agua de Guri, si llueve o deja de llover, es la insuficiencia de la energía térmica y la desprofesionalización de Corpoelec, la cual va en aumento”.