Empobrecimiento colectivo
KALED YORDE
ABOGADO / GONZALEZYORDE@HOTMAIL.COM
Tiempo atrás por las redes sociales circuló un escrito que se denominó: La RECETA DE FIDEL, de la autoría del ex-Presidente de PDVSA, General Guaicaipuro Lameda, al que muy poca atención la opinión pública y las instituciones le prestaron, debido al errado enfoque que se tenía y se sigue teniendo de la grave crisis de soberanía nacional y el nuevo colonialismo impuesto por la Cuba comunista.
El proyecto en sí indica los pasos a seguir para destruir a la democracia venezolana y al pueblo de este país, por medio de un empobrecimiento colectivo como medio de dominación política.
Como quiera que ya a estas alturas la receta de Fidel de sometimiento a Venezuela está al borde de ser cumplida y habida cuenta del empobrecimiento colectivo del pueblo en este país es una realidad palpable, vale la pena refrescarle la memoria a algunos incrédulos, ilusos e ingenuos que siguen creyendo que a las dictaduras de corte marxista-leninista, de manera muy señalada, la revolución castro-chavista, se le puede sacar del poder así no más.
Explica Lameda que el gobierno de Maduro ha sido más exitoso que el de Chávez, desde el punto de vista del objetivo que se ha trazado el dictador-carnicero cubano, del espacio que se requiere para ejecutar exitosamente esa misión, y la estrategia y el manejo del tiempo por parte del gobierno venezolano sometido a la subyugación de los Castro.
La estrategia en sí es única: Empobrecimiento colectivo como medio de dominación política y el OBJETIVO: Producir una transformación cultural en que el venezolano piense y se comporte de una manera distinta en términos económicos, políticos y de organización social. El pensamiento es: COMUNISMO a la manera de Fidel Castro.
El tiempo que se requiere según la receta de Fidel es de TRES Generaciones, vale decir, un mínimo de 30 años. Esas tres generaciones asumen el asunto de la siguiente manera: Las mayores se resisten, pero irán desapareciendo y bajando la guardia por razón natural de edad; los jóvenes viven la ambigüedad entre lo que impone la revolución y lo que les enseñaron sus mayores, vale decir, sus experiencias de libertades políticas y desarrollo económico que es propio de los sistemas democráticos; y finalmente los niños que aprenden lo que les inculca la revolución.
Con ese propósito los textos escolares en primaria y secundaria fueron todos adulterados y cambiados en aras de una más efectiva ideologización comunista. Cuando los niños crezcan con esas ideas de apoyo incondicional al dictador y sometidos dócilmente sin voluntad ni criterio a la revolución, habría nacido el tan utópico “HOMBRE NUEVO” que pregona el marxismo-leninismo con un nuevo pensamiento para con ello crear decenas de revoluciones con millones de hombres esclavizados que son controlados la nomenclatura o cogollo cívico-militar. En la próxima entrega nos referiremos a la receta de Fidel.-