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Traer productos de Colombia es más caro y mata la producción

El sector de la industria reconoce la importancia de abrir la frontera con Colombia, decisión asumida por el Gobierno nacional en acuerdo con el Ejecutivo colombiano. “Hay una necesidad de tener productos, por eso la gente cruza y los busca. Esta escasez grotesca que estamos pasando en Venezuela tiene que ser paleada de alguna forma”, con el ingreso de bienes, destaca Juan Pablo Olalquiaga, presidente de Conindustria.

Pero el restablecimiento del paso entre ambos países pone más piedras en el camino al restablecimiento económico interno. Y es que con cada producto importado se dejan de producir cinco. El ejemplo está en el sector alimenticio, “por cada dólar que erogas en materia prima, puedes fabricar cinco dólares en productos terminados”.

Olalquiaga asegura que palear con importación la escasez “tiene que tener un plan inmediato”, acompañado de inversión para producir más en la industria nacional. Plan que aún no se ejecuta con seriedad y sale más dinero de la nación. Se pierde plata, no se genera empleo y es más costoso.

“Tiene que venir acompañado de un plan para comenzar a producir en Venezuela porque si no estamos perdiendo más puestos de trabajo, plata, empresas, y estamos en la nada. Al no tener un plan sostenible, funcional para poder ser implementado, el Ejecutivo está dando brazadas de ahogado en la economía, no tiene noción de cómo administrarla”.

En Zulia se inició la negociación de traer de Colombia bienes terminados y colocarlos en los supermercados. Lo que traduce más costos y menos producción para el sector empresarial venezolano. “En la medida que los productos terminados vengan desde el exterior y no se fabriquen en Venezuela, en esa misma medida resulta más costoso para el país”.

Señala que es “mayor” el costo de traer el producto que la materia prima para transformarla. “Estamos muy preocupados”, suelta el vocero industrial. El reciente ajuste de salario integral dispara alarmas financieras. Tienen que honrar los compromisos con trabajadores, en una balanza sin peso de producción y de amenaza de cierre por falta de rentabilidad, de divisas e insumos para producir.