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Sábado de Cine; por Aureliano Olivares C.

Un espía y medio (Central Intelligence). Estados Unidos, 2016. Dirección: Rawson Marshall Thurber

Desde que a finales de los 80 y principios de los 90 Arnold Schwarzenegger incursionó en la comedia y se instauró eso que algunos califican como “Action Comedy”, son varios los actores “rudos” que han probado suerte en este campo.

Dwayne Johnson ya es un recurrente. Después de hacerse mundialmente famoso por su personificación de El Rey Escorpión en La Momia Regresa (The Mummy Returns, 2001. Stephen Sommers), este ex “luchador” de la WWE ha llevado sus músculos incluso hasta al cine de clasificación AA.

En Un espía y medio, forma dupla con el comediante Kevin Hart y redimensionan la también exitosa fórmula de Hombres de Negro (Men in Black, 1997. Barry Sonnenfeld): un actor negro “cómico”, un actor blanco “serio”, un guion de acción escrito con “gracia”. Resultado: muchas risas y millones de dólares en taquilla.

La cinta de Rawson Marshal Thurber, otro director cuasi anónimo que engrosa la nómina de la majors hollywoodenses, es eficiente dentro de lo que busca: entretenimiento fácil.

Sin demasiadas pretensiones construye una historia repleta de chistes elementales, en los que entre líneas se deja colar la intolerancia de la sociedad estadounidense. Pero no esperen ninguna posición realmente crítica. La intolerancia a la que se hace referencia a lo largo del filme también es un chiste básico, carente de ironía.

Un espía y medio es una cinta totalmente prescindible. Ideal para un fin de semana en el que no se quiere pensar en nada.

@aurevisual