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Delcy Rodríguez dice que expertos en DDHH visitarán el país cuando relatores no tengan “posiciones parcializadas”

Varios países instaron hoy a Venezuela a cursar una invitación oficial para que expertos en derechos humanos de la ONU puedan visitar el país caribeño después de más de 20 años de ausencia, pero Caracas se mostró reacio e impuso condiciones.

“Cuando los relatores no tengan posiciones parcializadas ni hagan utilización política de los derechos humanos (…) entonces nosotros aceptaremos con mucho gusto”, la visita de los expertos de la ONU, señaló la canciller venezolana, Delcy Rodríguez, a la prensa.

La ministra respondió así al llamamiento de más de una decena de países que pidieron hoy en el debate de la revisión periódica universal de la situación de los derechos humanos en Venezuela que autorice por fin un examen sobre el terreno de los relatores de la organización y también del alto comisionado, Zeid Ra’ad al Husein.

La última visita a Venezuela de un experto de la ONU fue la que efectuó del 7 al 16 de junio de 1996 el entonces relator especial sobre la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles Nigel Rodley, según fuentes del organismo multilateral.

Desde entonces “hubo muchas más solicitudes” desde diferentes Relatorías Especiales, pero no recibieron respuesta alguna por parte de Caracas, de acuerdo con las mismas fuentes.

España, entre otros países, instó en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU al Gobierno venezolano a “aceptar las solicitudes de visita pendientes de los procedimientos especiales” y que “valore cursar una invitación abierta y permanente a los órganos regionales e internacionales de protección de los derechos”.

El sistema de los procedimientos especiales es un elemento básico del mecanismo de derechos humanos de la ONU y abarca los derechos civiles, culturales, económicos, políticos y sociales.

El Reino Unido fue más allá, al poner fecha a la visita, e instó a Caracas a cursar una invitación a la oficina del alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, para que pueda efectuar un viaje oficial al país de aquí a noviembre de 2017.

Fuera de la Sala XX de los Derechos Humanos y de la Alianza de Civilizaciones de la ONU la delegación venezolana había organizado una exposición de paneles fotográficos que explican las razones por las que Venezuela “es un garante de los derechos humanos”.

La organización de defensa de los derechos humanos UN Watch criticó esta exposición y pidió además que el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon y Zeid investiguen el “fraude a una escala masiva” del Gobierno de Maduro, que habría tratado de influir en el Consejo de Derechos Humanos mediante el uso de ONG “fraudulentas” que presentaron comentarios a favor de Venezuela.

La canciller eligió el ataque y la defensa del modelo venezolano de derechos humanos como respuesta a las críticas.

Rodríguez pidió que “cese el hostigamiento” contra Venezuela por el “cerco económico, el bloqueo financiero y el acoso mediático” que sufre la nación andina por parte de poderes “imperialistas y foráneos, mediáticos, fácticos y económicos”.

Según la canciller, “los logros y avances son innegables” en Venezuela en materia de derechos humanos, ya que garantizan el desarrollo en materia educativa, de salud, vivienda, alimentación y la inclusión política.

No obstante, varios países le quisieron hacer ver que el país debe tomar medidas para garantizar el derecho a la libertad de expresión y para garantizar la independencia y la imparcialidad del poder judicial y la separación de poderes, en palabras del representante mexicano y otras delegaciones.

España pidió además la liberación inmediata de los presos políticos, EEUU instó a Caracas a permitir que prosiga la recogida de firmas para la celebración de un referéndum revocatorio del presidente, y Alemania urgió a “restaurar el Estado de derecho”.

La mayoría de los países expresaron asimismo su inquietud por las divisiones políticas en el país y animaron a un diálogo real y constructivo entre el Gobierno y la oposición, tal y como hicieron el Reino Unido, Jamaica y Nicaragua, país este último que abogó por unas conversaciones con “espíritu de respeto, paz y reconciliación”.

Céline Aemisegger/EFE