Aún falta lo peor
Con una sensación térmica de 36 grados, los marabinos se apostaron en largas colas en las afueras de los bancos. El sol era despiadado, pero se veían obligados a soportarlo, pues Nicolás Maduro, presidente de la República, ordenó el cese de circulación en un período de 72 horas del billete de 100 bolívares, el de mayor denominación, que por los altos índices inflacionarios, representa 48 por ciento de la masa monetaria del país.
Delvis Briceño, comerciante, tomó sus previsiones y llegó a las 5.00 de la mañana a una oficina de un banco privado. A pesar de que faltaban tres horas para que abrieran sus puertas, calculó que delante de él había cerca de 150 personas esperando por su turno. Seis horas y media más tarde todavía se veía envuelto en el tumulto que cada cierto tiempo gritaba reclamos a los vigilantes y policías que custodiaban el lugar.
«Han entrado más de 100 personas ‘amiguitos’ y conocidas», se queja. A las 11.30 tenía ocho usuarios por delante y del otro lado de la puerta, parecía que al lugar cerrado le faltaba aire para abastecer la muchedumbre. Briceño planeó desatender su negocio de mercancía seca por la mañana para depositar los billetes de 100 bolívares que tenía almacenados, pero ante la contingencia, el plan cambió. «Hoy estoy perdiendo el día de trabajo, porque de acá salgo como a las 4.00 de la tarde».
Recibe por sus ventas entre 80 mil y 100 mil bolívares diarios, la mayoría en billetes de Bs. 100. «Pero yo no creo que vaya a venir más», afirma, por lo que no aceptará más el papel de mayor denominación. Esto a pesar de que sus ventas aumentaron entre 30 y 40 por ciento debido a que recibía las piezas que ya nadie quería. «Eso estuvo muy mal, el tiempo es muy corto, debió ser al menos un mes».
En un banco privado ubicado en La Limpia, los usuarios se vieron obligados a tomar las cajas de cartón de la basura para protegerse del sol. Rosmery Aguilar, educadora, veía su reloj. Aunque llegó a las 8.00 de la mañana, tratando de anticiparse a la gran cola que le esperaba, no logró su cometido. «Tengo que trabajar a la 1.00 de la tarde, me irán a regañar. Lo peor es que solo voy a depositar siete mil 500 bolívares, esto es una locura».
Sin efectivo
Ni la banca pública ni la privada tienen efectivo para canjear los billetes de 100 bolívares a sus clientes. La mayoría solo acepta depósitos. Los clientes que optan por el uso de los cajeros automáticos solo reciben la mayor denominación actual. En la sede principal de un banco privado ubicada en 5 de Julio ni siquiera tienen para pagar cheques.
La situación en la oficina principal del Banco de Venezuela es la misma del martes. Los cajeros automáticos, que el domingo, antes del anuncio de la medida estaban repletos, ya nadie los usa. Y es que solo ofrecen billetes de Bs. 100, el mismo papel con el que pagan los retiros en las taquillas.
En otra entidad financiera ubicada en La Limpia sí tenían disponibilidad de pago en papel, pero solo contaban con billetes de cinco bolívares para quienes desearan cobrar los 10 mil bolívares que les corresponden por cheques.
Abrir la cuenta se complica
A pesar de que la Superintendencia de las Instituciones del Sector Bancario de Venezuela (Sudeban) anunció que se podrían abrir cuentas bancarias con solo la cédula de identidad laminada para dar respuesta a la población no bancarizada, los usuarios no consideran que el proceso se simplificó.
Y es que deben formarse en colas paralelas a los depositantes de los billetes de Bs. 100. Es la opinión de Claudio Basanta, taxista de 63 años, que desde las 5.00 de la mañana entró en la cola de la oficina de un banco privado de La Limpia y seis horas después no había logrado ingresar. «Vengo a abrir la cuenta con la cédula porque estoy apurado, después traeré los requisitos».