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¿Cómo detener la hiperinflación en Venezuela?

Steve Hanke, economista y profesor de la Universidad Johns Hopkins en Baltimore, conversó con El Estímulo para explicar cuáles serían las medidas más pertinentes para acabar con la hiperinflación que atraviesa el país.

El reconocido profesor fue asesor del expresidente Rafael Caldera en 1995 y ha participado en diversos procesos de dolarización en el mundo como en Ecuador (2001) y en Montenegro (1999). Ha hecho seguimiento a todos los procesos hiperinflacionarios en la historia y asegura que Venezuela es el capítulo 57.

Para el economista los venezolanos “están haciendo lo que racionalmente deben hacer”, es decir, cambiando su dinero a dólares o invirtiendo en bienes y alimentos.

“Se pueden comprar commodities  y si no tienes mucho dinero, lo indicado es tratar de comprar comida para sobrevivir. Si tienes más dinero puedes comprar cosas como un carro. Lo más recomendado, es que alguien te preste dinero en bolívares, usarlos y pagarlos más adelante nuevamente en bolívares”, sostuvo.

Para Hanke, el país ya estaba “loco en 1995” pero puede apreciar que ahora “está peor”. Considera que lo primero que tiene que hacerse es restablecer la estabilidad económica.

– ¿Qué hacer para controlar la hiperinflación? –

“Lo que debe hacerse con la hiperinflación en Venezuela es estabilizar la moneda y eso lo podría hacer en pocas horas”, dijo. El economista ofreció dos alternativas para superar la hiperinflación, pues aseguró no hay otros caminos. Lo primero es “deshacerse del bolívar de manera absoluta y dolarizar la economía”.

“Eso fue lo que hicimos en 2001 en Ecuador cuando fui consejero económico. El sucre estaba colapsando y cuando recomendé la dolarización, Ecuador estaba tan mal como lo está Venezuela. Luego de la dolarización, la moneda se estabilizó casi inmediatamente. De hecho, se había comenzado a estabilizar cuando el presidente apenas hizo el anuncio de que iba a dolarizar”, rememoró.

Hanke explica que 33 países han dolarizado su economía.

“Por ejemplo, en Montenegro donde fui consejero de Estado del presidente Milo Đukanović, en 1999 nos deshicimos de su moneda (dinar yugoslavo) y la reemplazamos por el marco alemán. En ese momento, todo mejoró de forma inmediata. En ese sentido, luego el euro reemplazó al marco y por ello hoy en día se usa el euro. Este proceso también se dio en Liechtenstein donde se usa el marco suizo. De modo que la dolarización es un término genérico para cualquier situación donde la moneda local la remplazas por una extranjera”. 

El estudioso puntualizó que Panamá es el mayor ejemplo. “Lleva 100 años de dolarización de su moneda”. Para él es obvio que la moneda que reemplazaría al bolívar es el dólar.

El segundo mecanismo para controlar la hiperinflación que propone Hanke, es uno donde no se elimina la moneda local, pero esta se convierte en un clon de una extranjera.“Es decir, se puede mantener el bolívar con una junta monetaria con un canje similar al dólar o el camino de la libre convertibilidad. Es instalar un sistema de caja de conversión. Buscas lograr que la moneda nacional sea cambiable en dólares al monto libre de convertibilidad y respaldada por activos extranjeros”.

El académico acotó que fue lo que recomendó en 1997 en Bulgaria “donde la hiperinflación estaba, de hecho, casi exactamente como está en Venezuela”. Al aplicar esto recuerda que la situación, en horas, cambió. “Estas son las dos posibilidades, no hay otras maneras. Las demás reformas serían una pérdida de tiempo porque lo que se requiere es disciplina en el sistema”, insistió.

El analista expresó que “personalmente no ha tenido la posibilidad de proponer estas medidas a algún funcionario del gobierno, pero el año pasado publicó un libro (Juntas monetarias para países en desarrollo. Dinero, inflación y estabilidad económica) y espera que las autoridades ya conozcan estas recomendaciones. “Quizá las ignoran, pero imagino que ellos deben leer libros o tendrán expertos que presten atención a estos asuntos”, comentó.

– “Predecir es de tontos” –

A Hanke no le gusta hacer predicciones. Considera que el que se esté anticipando a decir qué va a pasar en Venezuela en 2017 “está mintiendo”. “Está cayendo en lo que se dice ‘un juego de bobos’. He estudiado todas las hiperinflaciones que han existido y Venezuela es el episodio 57 de hiperinflación y cuando se cae en ella es imposible saber realmente qué pasará”.

Recordó que muchas personas comentaban que de llegar a tal estado el gobierno caería inmediatamente, pero evidentemente eso “no es cierto”.

“Por ejemplo, la segunda hiperinflación más alta que ha existido en la historia mundial fue en Zimbabue en 2008 y ellos aún tienen al presidente (Robert) Mugabe, quien lleva 30 años en el poder y se ha dicho que será imbatible aún en las elecciones de 2018”.

Aún así, comentó que en el país africano se dio un proceso de dolarización que resultó “interesante” porque la gente dejó de usar la moneda local y la economía espontáneamente se dolarizó. “Eso fue en noviembre de 2008 y en enero de 2009, el gobierno dolarizó finalmente la moneda. Es como si la gente dejara de usar el bolívar, el país se dolariza solo y el gobierno se ve forzado a tomar la medida”.

Añadió que (Slobodan) Milósevich en Yugoslavia también duró años en el poder a pesar de la hiperinflación. “Entonces no se puede predecir qué puede pasar. Solo se puede saber que va a ser malo”.

En cuanto a los sectores que más suelen verse afectados en momentos como el que atraviesa el país, dijo que son los urbanos. “Mientras que las personas que están en zonas rurales, aquellos productores agrícolas, suelen estar mejor. Se da un traspaso de la riqueza de zonas urbanas a las rurales”.

Finalmente estimó que para el cierre de año de 2016 la inflación anualizada será un poco inferior a 300%. “La predicción que todo el mundo repite es la del Fondo Monetario Internacional que está alrededor de 720% y ellos lo que intentan es predecir, adivinar”.

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