Ama desde la libertad
Una relación sana te ayuda a ser libre. El principal objetivo de cualquier pareja debería ser ayudarse el uno al otro en la lucha por alcanzar sus metas. El error más frecuente es pensar que por amor el uno y el otro deben renunciar a ellas. Se trata de ver la convivencia en positivo, de convencerte de que juntos se puede lograr lo que no podrías conseguir solos y de que en eso consiste la verdadera libertad, en esforzaros por alcanzar lo que merece la pena para ti y los dos.
El amor es algo por lo que vale siempre la pena arriesgarse, aunque eso sí, sabiendo protegerse para mantener siempre la autoestima en su sitio. Para ello deberás primero conocerte a ti misma muy bien. Aprender cuáles son tus valores, tus límites, lo que estás dispuesta a soportar o qué es lo que más daño te hace, te ayudará a comenzar una relación de una manera segura y madura.
No permitas que nadie te cambie y sé siempre tú misma. Si la persona a la que quieres o que te gusta pone en duda tu autoestima o te llega a infravalorar, no debes seguir adelante. Huye de todos aquellos que intenten cambiar tu personalidad o que te hagan sentir que eres inferior.
Conoce tus miedos
El amor no exige perder la libertad ni permite robarla, pero obliga a renunciar al egoísmo. Si no ves bien la diferencia entre ambas cosas, trata de descubrirla analizando tus temores:
Miedo al compromiso. Exige mucho más que la fidelidad, exige entrega, lealtad y esfuerzo para construir algo entre los dos. Las personas que huyen del compromiso nunca encuentran la pareja perfecta; detrás de la libertad que defienden no hay más que inseguridad e inmadurez.
Miedo a ser traicionada. En estos casos, el amor se entiende como una posesión y entra en juego el orgullo. El miedo a perder a tu pareja te convierte en exigente, injusta y egoísta. Así, tanto tu libertad como la suya se quedan atrapadas por los celos, en lugar de afianzar el amor.
Miedo a dejar de ser tú misma. Si piensas que ser dos te impide ser tú misma, estás equivocada; precisamente eso es lo que le aporta cada uno a la pareja, lo mejor de sí mismo para enriquecerla y enriquecerse con el otro.
Aprende a no dar todo por la otra persona ya que hay veces que por amor se hace todo por la otra persona hasta llegar incluso a perder la propia integridad y autoestima. No debes dejar que te manipulen ni que te chantajeen, actuando como un vampiro emocional. El amor siempre debe ser un intercambio entre dos personas que se encuentre equilibrado en una balanza.
Aprende a tener tu espacio personal y a dejarle a tu pareja el suyo. Y es que seguro que ambos tenéis hobbies, pasiones y aficiones que os gustan hacer con otras personas como amigos o familiares. Estos espacios personales son vitales para tener una relación de pareja sana.