¿De dónde salió Adrián Solano, “el peor esquiador de todos los tiempos”?
Un esquiador venezolano fue noticia este jueves por su fallida participación en el Mundial de Lahti, Finlandia, y por la decisión de la canciller Delcy Rodríguez de rescatar un incidente migratorio de hace más de un mes, justo cuando probablemente el maracayero hubiera querido pasar más de bajo perfil.
Cuatro venezolanos participaron este jueves en la prueba de esprint libre de 1.6 km del Mundial de Esquí Nórdico de Lahti, Finlandia. Los cuatro se ubicaron entre los nueve últimos, en una parrilla de clasificación que incluyó a 156 competidores. Pero uno solo, Adrián Solano, estuvo entre las tendencias de twitter todo el día, en parte por el video de su actuación y en parte por el revuelo que levantó en torno a él la canciller Delcy Rodríguez, al anunciar que presentaría una “fuerte protesta” al gobierno francés, por un incidente migratorio de hace un mes.
Un video de su actuación fue compartido en redes sociales este jueves, bajo el epíteto del “peor esquiador de todos los tiempos”. El mismo lo muestra a punto de caer en la salida, que lo toma de sorpresa, tropezando los esquíes mientras intenta una subida, cayendo sentado sobre la nieve en varias oportunidades, batallando con los bastones para retomar la ruta y finalmente con una sonrisa entre nerviosa y triunfal cuando termina su actuación.
Solano no logró culminar la prueba de cross country el miércoles, en la que dos venezolanos, su entrenador César Baena y el hermano de éste, Bernardo, ocuparon los puestos 54 y 53, respectivamente, entre 60 competidores, a casi 14 minutos del hombre que logró el mejor tiempo de la clasificación, el croata Kresimir Crnkovic (26:21.5). En el esprint sí terminó, pero lo hizo de último. A sus compatriotas no les fue mucho mejor: César Baena fue 148, Bernardo 151 y Donato Agostinelli 155, o lo que es lo mismo, penúltimo.
El maracayero que quería esquiar
Solano, de 22 años, se mostraba hasta el 18 de enero en sus redes sociales como un humilde muchacho de Maracay, para el que su familia y amigos parecían serlo todo. No mostraba mayor conexión con el deporte, salvo por una foto con Baena a la que agregó el comentario “llega alguien con tanta luz que iluminó mi vida”.
Ese 18 de enero apareció embarcando a Suecia, vía Francia, con la advertencia “Suecos, aquí voy, no podrán con el negro”, a lo que una amiga respondía “le echas un camión: viajar con 20 euros pero un millón de ganas por alcanzar tus sueños”.
Al día siguiente salió del anonimato, cuando su entrenador Baena comenzó a tuitear pidiendo al presidente Nicolás Maduro mediar para lograr “la liberación inmediata de nuestro atleta Adrián Solano, que está injustamente preso en París en el aeropuerto”.
Solano declararía luego al canal ruso en español RT que la policía francesa se burló de él, pues “no creían que practicara esquí en Venezuela” y sospechaba que su intención real era establecerse en París “porque la estaba pasando mal en mi país”.
Los 20 euros de los que hablaba su amiga resultaron ser en realidad 28, igualmente insuficientes para garantizar la manutención en Europa. Una fuente del Instituto Nacional de Deportes que pidió la reserva de su nombre, desmintió que Solano hubiera sido maltratado, y agregó que el personal diplomático con el que el IND mantuvo contacto en relación con este caso atestiguó que el joven no pudo proporcionar ni una dirección final a la que llegaría a Suecia (donde su intención era entrenar por un mes) ni una carta de invitación o algún aval que lo acreditara como atleta de esquí.
Sin embargo, su entrenador Baena, que en twitter se identifica como “récord mundial Guinness 2012 de la mayor travesía con esquís de ruedas sobre asfalto”, compartió por esa red social una correo electrónico de invitación de Tytti Kirvesmies, director deportivo del Mundial de Lahti, que adjuntaba además las planillas de inscripción de toda la delegación venezolana.
La comunicación habla de una invitación “a todas nuestras asociaciones afiliadas”. No obstante, Venezuela no tiene entidad rectora del esquí nórdico, y la Federación de Deportes de Invierno, que cobijó las primeras participaciones criollas en Juegos Olímpicos (como la de Iginia Boccalandro, Julio César Camacho o Werner y Chris Hoeger), ha cesado en su actividad y no figura ya entre las legalmente registradas ante el IND.
No era la primera vez que Baena entraba en contradicción con autoridades deportivas y diplomáticas. Durante el paso de Victoria Mata por el Ministerio del Deporte, solicitó apoyo para una competencia en Nueva Zelanda, pero apareció en Australia por su cuenta. El embajador lo recibió en su residencia oficial y el personal de la legación organizó una colecta para ayudarlo a llegar a su destino, donde efectivamente compitió. Mindeporte le envió el boleto de retorno, pero Baena haría llegar luego a varios medios una carta denunciando que había pasado necesidades en Nueva Zelanda, pues ni el ministerio ni las autoridades diplomáticas lo habían auxiliado. Luego, ante las quejas de la ex viceministra Elsa García y del propio embajador, se vio obligado a retractarse.
Cuatro años después, en 2013, fue beneficiado con una beca de Solidaridad Olímpica, por parte del Comité Olímpico Venezolano, que consistía en 1500 dólares mensuales, que perdería por no lograr la clasificación a Sochi 2014.
Durante ese período había vivido un fuerte enfrentamiento con el ex ministro Héctor Rodríguez, a quien luego acusaría de ser responsable de que no alcanzara su cupo a los Juegos de Invierno, por negarle el respaldo económico.
Sin embargo, Baena, que fue voluntario en Atenas 2004 y Turín 2006 antes de comenzar a practicar el esquí nórdico, nunca ha dejado de confesar su lealtad revolucionaria y en cada aniversario de su récord rememora que lo dedicó al extinto presidente Hugo Chávez.
Rodríguez, por su parte, siempre explicó que Baena practicaba un deporte “poco común en Venezuela, no tiene federación y no existe una experiencia alterna, lo cual hace más difícil los trámites”.
Héroe y villano
Naturalmente, sólo por invitación podía haber llegado al Mundial un atleta como Solano, que confesó en conversación con CNN que nunca había tocado la nieve ni usado esquíes para esta superficie, pues en Venezuela solía entrenar con rollerski, una variante sobre ruedas especial para el asfalto, la misma con la que Baena impuso su récord Guinness de 2246 km entre Estocolmo y Oslo.
Tras el incidente en Francia, el maracayero regresó a Venezuela y rescató su “sueño mundialista” gracias a la ayuda de Aleksi Valavouri, un finlandés que en su twitter se define como “fanático de los deportes y apostador”, quien organizó una colecta a través de la plataforma GoFundMe que permitió sufragar el boleto a Finlandia y los gastos de permanencia en Lahti de Solano.
Su curiosa participación, a medio camino entre la anécdota y el incordio, ha despertado reacciones de todo tipo en las redes sociales. Mientras en Venezuela la mayoría de las reacciones a su actuación son de descalificación, con epítetos que van de “enchufado” a “mediocre”, pasando por “una mala parodia de Jamaica Bajo Cero” o “familia de Pastor Maldonado”, en otras latitudes se destaca la valentía de haberse atrevido a culminar el trazado, a pesar de lo tropiezos.
“Gran esfuerzo, sigue luchando por ese sueño”. “¡No pares! ¡Sé fuerte! Respetos desde Siberia, Rusia”. “Eres tan positivo, es muy simpático, te deseo lo mejor. Buena suerte desde Kiev, Ucrania”. En ese tenor los mensajes en su Instagram se multiplican, a diferencia de las burlas e insultos en twitter, donde la principal exposición del día fue la que propició la canciller, al citar las instrucciones del presidente Maduro de presentar una “fuerte protesta” a Francia, más de un mes después del incidente migratorio en el Charle De Gaulle.