Opinion

¡El país en llamas! ; por Nitu Pérez Osuna

La calle debe ser televisada, pero la mayoría de los canales y medios convencionales sabemos de que lado están, o al menos, a quien le temen. El pueblo, por su parte, perdió el miedo o con él a cuesta, ha decidido revelarse ante la tiranía que le oprime, amenaza, encarcela y hambrea.

El más reciente y revelador ejemplo de su disposición a salir de la tragedia en que se nos convirtió Venezuela, es San Félix, cuidad del estado Bolívar, donde los lugareños, en pleno desfile militar, rodeados de tanquetas, fusiles y casa militar, se colgaron al hombro las represalias de las que pudiesen ser objeto, y gritaron su inconformidad al dictador, le mostraron su desprecio.

Para las ciencias sociales, el desprecio se traduce en es una inmensa falta de respeto y animadversión hacia alguien de quien se duda tenga capacidad e integridad moral. La persona despreciada es considerada indigna. Por eso una y otra vez, en cada marcha, concentración y protesta el bramido del pueblo: Maduro vete ya.

Lo grita Barinas, Carabobo, Apure, Aragua, Miranda, Vargas, Mérida, Táchira, Falcón, Lara, Zulia, Anzoategui, Nueva Esparta, grito extendido también al norte, sur, este y oeste de Caracas. Sin duda que es un clamor nacional: Maduro vete ya.