Estos son los beneficios psicológicos de correr
Expertos señalan que correr 30 minutos por tres días, es decir 90 minutos semanales, ayuda a liberar el estrés y las endorfinas lo que da al corredor una sensación de tranquilidad y equilibrio produciéndose lo que científicos han bautizado como “bienestar del corredor”.
Estudios arrojan que la practica regular de esta actividad física produce un aumento de la autoconfianza, sensación de bienestar y mejora del funcionamiento intelectual. Incluso, el correr está indicado para el tratamiento de trastornos psicológicos como el estrés y la depresión.
El psicólogo deportivo, Claudio Sosa, señala que “existe un principio biológico fundamental que subyace a cualquier beneficio psicológico, ya que, cuando una persona realiza cualquier tipo de ejercicio físico se liberan de manera natural unas sustancias bioquímicas denominadas endorfinas, que son secretadas por el cerebro y que actúan reduciendo el dolor y aumentando el placer, tanto durante como finalizada la actividad física”.
En el caso concreto de las personas que practican running de forma regular con una intensidad media, añade, “provoca una agradable sensación corporal de placidez que se ha acuñado con el término ‘bienestar del corredor’ para resumir la sensación de bienestar, de tranquilidad y de equilibrio”.
Según Claudio Sosa, “este efecto biológico en el organismo trae importantes beneficios a nivel psicológico, ya que, la percepción de bienestar somático afecta positivamente en la reducción de los síntomas en trastornos como la depresión o el estrés, si lo miramos desde un punto de vista clínico. Pero si nos acercamos más al ámbito deportivo observaremos una positiva correlación entre el ejercicio físico y variables psicológicas como la autoconfianza, el autocontrol emocional y las expectativas de autoeficacia”.
“Cuando una persona trota o corre generalmente, lo hace con algo de planificación, incluso por más lúdico que sea. Vale decir, se establece una meta”, explica el psicólogo deportivo. “En algunos casos estará más relacionado con la salud (por indicación médica frente a una lesión o problema físico), para bajar de peso o en último término simplemente para sentirse bien. En otros casos el objetivo tendrá un componente más competitivo, ya sea por un desafío personal o por querer derrotar a otro”.
De acuerdo con el especialista, sea cual sea la motivación que se esconda detrás de la práctica, “siempre provoca que esa persona movilice o canalice toda su energía en lograrlos y ello trae aparejado un aumento en la autoconfianza que puede traspasarse también a lo que habitualmente en el deporte más competitivo se designa como ‘expectativas de autoeficacia’, o lo que es lo mismo, la percepción que se tiene de poder realizar satisfactoriamente una ejecución deportiva”. Además, añade que “si este ejercicio es reforzado por un otro significativo (familiar, amigo, pareja) provoca un impacto más positivo en la autoestima, pudiendo observarse, por ejemplo, en una mejor socialización de la persona en ámbitos familiares, laborales o sociales”.
Con información de Facilísimo.