FOTOS | Otro día de furia sacude a Caracas el 20 A
La agudización de la crisis política en Venezuela ya hace que lo anormal se vea normal. Después que miles de opositores de todas las edades se concentran y se movilizan en paz, más bien con un ánimo de fiesta dominguera, suelen sucederse las imágenes de la represión, con su olor a bombas lacrimógenas y el reto que supone para las personas comunes llegar a casa a salvo. El guion se está haciendo costumbre en dos semanas de alta tensión. Cual espartanos, la punta de lanza de los adversarios de Nicolás Maduro encaran cada día a policías y a militares, para gritarles que no dejarán las calles hasta tanto el chavismo salga definitivamente del poder.
Las protestas contra el heredero de Hugo Chávez tienen ya un tono cansón: opositores marcha con un punto de concentración definido, los militares bloquean las vías, se genera un enfrentamiento dispar al estilo Gaza que culmina en una violenta represión. Solo el 19 de abril esta lucha desigual se saldó con tres personas muertas, de bala.
Pero los opositores son tercos. Dicen que no abandonarán la lucha a pesar que las protestas han dejado mil detenidos y ocho muertos en dos semanas.
El cansancio acumulado tras las persistentes salidas a la calle se siente pero no se muestra, ante la convicción de los opositores más optimistas de que al chavismo le llegó la hora.
En las manifestaciones de este jueves en Caracas, que continuaron tras “la madre de todas las marchas” de este miércoles 19, la determinación de la gran mayoría a manifestar pacíficamente, así como la posterior violencia desatada cuando la gente quiere traspasar la delgada línea roja que conceden los dirigentes del chavismo, hace prever que la la violencia se instaló entre los venezolanos en este abril de 2017.
Y parece que no abandonará la ciudad con facilidad.
Esta es la cronología de este 20 de abril en diversos puntos de la capital.
8:00 am
Luego de anunciar dos horas antes que estaba 100% operativo, el Metro de Caracas cierra sin avisar 29 estaciones, argumentando que necesitaba garantizar el resguardo “de los usuarios, el personal y el sistema”. Ya es costumbre que el gobierno paralice el sistema de transporte masivo de la capital cada vez que la disidencia anuncia una movilización en la capital.
10:30 am
Tres puntos diferentes de la capital recibieron la mañana con represión. En Santa Mónica, en el sur, los militares lanzaron bombas lacrimógenas y disparos de perdigones para reprimir a un grupo de opositores que pretendían unirse a una movilización en el este. En San Bernardino, en el norte caraqueño, manifestantes que reclamaban el asesinato de un joven de 17 años a manos de presuntos grupos civiles parapoliciales, fueron dispersados con gases y perdigones. En el sector El Paraíso, la violencia que se desató el miércoles cuando el gobierno le cerró el paso a los manifestantes que iban a “la madre de todas las marchas”, recrudeció tras el castigo de los militares a los manifestantes, sólo por el hecho de que los protestantes habían ocupado la avenida O’Higgins.
11:00 am
Con un poder de convocatoria mucho menor al alcanzado el miércoles, cuando varios miles tomaron las calles para exigir la salida de Maduro, la oposición congregó a miles de personas que se concentraron en la Plaza Altamira, en el este de la capital. Agotados por la jornada de la víspera, los manifestantes consultados por El Estímulo aseguraron que la determinación es su mejor carta para ganarle al chavismo. Alegres y pacíficos, el intenso sol era el enemigo a vencer… antes que entraran a escena militares y policías.
11:30 am
La llegada de miles de personas desde dos puntos de concentración en el sur y el este de la ciudad, lleva a los manifestantes a marchar por la avenida Francisco de Miranda. “Esta vez no vamos a tragar bombas”, decía a sus compañeros un militante del partido opositor Voluntad Popular. Entre cornetas, pitos, motos, consignas y banderas, los opositores van rumbo al sector de Chacaíto para luego tomar la autopista Francisco Fajardo, la más amplia de la capital.
11:45 am
Muchos manifestantes no habían llegado a Chacaíto cuando estalla la represión en un extremo de la concentración. Un piquete policial desplegado en los alrededores de la Torre Credicard, por la avenida Francisco Solano, disparan bombas lacrimógenas a los manifestantes. Muchos corren, otros gritan y, lo más osados, patean los potes con gases para devolvérselos a los uniformados.
12:00 m
El mediodía transcurre entre gases y gritos de los manifestantes en un extremo de la marcha mientras en la otra punta todavía había gente llegando, caminando animada desde el este de la ciudad. Jóvenes, viejos, hombres mujeres, pequeños grupos, parejas y figuras solitarias ocupaban graneaditos el asfalto de la avenida Francisco de Miranda, todavía a la altura de Chacao y El Rosal.
Los primeros signos de la brutalidad policial y militar comienzan a sentirse: grupos de jóvenes son reprimidos con una lluvia de lacrimógenas. Héctor Navarro, un estudiante universitario, sufrió una herida en la sien derecha luego que una bomba le reventara el precario casco con el que se protegía.
“Nos atacaron con saña”, denunció en declaraciones a El Estímulo, Luis Morales, quien acompañaba al herido.
12:30 pm
Las bombas caen en diferentes puntos de Chacaíto y El Rosal. Ante la evidente intención de asfixiar a los manifestantes, miles de opositores concentrados en la avenida Francisco de Miranda y la plaza José Martí de Chacaíto, toman la avenida Venezuela de El Rosal. El objetivo es conquistar la autopista. Varios tramos de la enorme vía están tomados desde la mañana por policías y militares.
12:45 pm
Los primeros opositores invaden la autopista en ambos sentidos en tres diferentes puntos: el Distribuidor de Altamira, a la altura de El Rosal y en el viaducto que comunica con la autopista del este. Desde ese punto, periodistas y motorizados divisan la batalla campal que enfrentan a manifestantes con agente de la Guardia Nacional. Apoyados en una tanqueta, los agentes lanzan lacrimógenas a los opositores, que responden con bombas molotov y piedras.
1:00 pm
Los disturbios se extienden en toda la vía. Enardecidos, muchos jóvenes optan por levantar barricadas con cualquier objeto. Todo vale: troncos, piedras, avisos publicitarios y postes se convierten en obstáculos para intentar frenar una nueva arremetida militar.
2:00 pm
Mientras el enfrentamiento ocurre de la autopista, manifestantes que se encuentran en El Rosal sufren los efectos de las bombas lacrimógenas lanzadas contra torres de oficinas, en cuyas plantas inferiores se refugian los opositores. El sobrevuelo de un helicóptero policial causa temor pero los manifestantes están a pie de lucha:
“¡Y va a caer, y va a caer, este gobierno va a caer!”, gritan al unísono.
2:40 pm
Un acto que sorprendió a todos: un joven de unos 20 años de edad se desnuda en medio de la vía y se sube a una de las tanquetas de la Guardia Nacional. Los militares intentaban disuadirlo con gases y perdigones mientras sus compañeros lo aclamaban. “Deja el show”, le gritaban los uniformados antes de disparar en su cuerpo desnudo. El chico clamaba por cesar la represión: “No lancen más bombas, por favor, no lancen más bombas”. El insólito suceso fue captado en imágenes y videos. En pocos minutos la escena ya se había propagado como un virus por las redes sociales.
3:00 pm
Los primeros heridos comienzan a llegar a Salud Chacao, al ambulatorio del municipio Chacao, en El Rosal. Desmayados por los gases lacrimógenos y pimienta, impactados por los potes de las bombas, golpeados, lesionados por haber caído en la huida. La mayoría son jóvenes cuya determinación se mezcla con el cansancio de los rostros agobiados por los humos químicos.
Una joven es trasladada inconsciente por paramédicos, que se dan cuenta de la magnitud de la represión.
“Hay heridos, pero hasta el momento no son graves”, dijo una funcionaria de sanidad a El Estímulo. Se espera que en las próximas horas, las autoridades ofrezcan un balance de los incidentes.
4:00 pm
Los disturbios se extienden a diversas zonas de Chacao. La estrategia de los uniformados es la misma: castigar con lacrimógenas a los manifestantes y con ellos a los habitantes de las zonas residenciales aledañas. En los alrededores de la Plaza Altamira, en Chacao, varios vecinos denuncian en llamadas a periodistas y a través de las redes sociales que los gases invaden sus apartamentos y los dejan sitiados.
Unos 15 manifestantes habían sido detenidos hasta el final de la tarde, según un balance preliminar de la ONG Proiuris.
En medio del pulso en la calle, Carlos Castillo Samaniego, un pensionado de 86 años de edad, es trasladado al ambulatorio por los efectos de los gases.
“Vivo en Antímano (oeste) y me agarró esto. Ahora tendré que esperar que baje todo. No me queda otra”, dijo el anciano con la respiración entrecortada.