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“¡Papá, papá!, ¿qué hago? los colectivos nos están disparando”

Estas fueron las últimas palabras que Joaquín Ramírez y Darcy Gómez escucharon de Paola Andreina, la joven tachirense que fue asesinada el pasado miércoles en la plaza San Carlos de San Cristóbal

“¡Papá, papá!, ¿qué hago? los colectivos nos están disparando” fue lo que dijo Paola Andreina Ramírez Gómez a través de una llamada telefónica a su padre, Joaquín Ramírez, minutos antes de ser asesinada en las inmediaciones de la plaza San Carlos de San Cristóbal, lugar donde se congregó durante algunas horas un número importante de la sociedad civil, tras ser dispersado por los gases lacrimógenos al tratar de llegar el pasado 19 de abril a la Defensoría del Pueblo en la entidad.

“Le dije a Joaquín que le dijera a la niña que corriera y se escondiera en algún lugar. A ella se le cayó la llamada. Al ratico nos llamaron para decirnos que la habían matado”, relató desconsolada Darcy Gómez, madre de la infortunada joven.

 

La madre de Paola la recuerda como muy buena hija. “Le gustaba trabajar y estudiar, había terminado administración y quería continuar estudios pero la situación económica no lo permitió”, dijo e indicó que la joven trabajaba cuidando a un niño.

Darcy Gómez envió un mensaje claro a los veceros del Gobierno que se han pronunciado en relación al deceso de la joven tachirense: “no digan más mentiras, ya basta, ya no más. Que se haga justicia pero con las personas que de verdad hicieron las cosas, eso es lo que pedimos”.

Desestimó que la persona acusada de los hechos por el Gobierno nacional tenga relación con lo sucedido.

“No creo que esa persona sea. No creo en las versiones que dieron porque ella nos dijo: `están disparando los colectivos´. Creo que fueron ellos porque eso nos dijo por teléfono. No creo que desde un edifico le hayan disparado. Es insólito, la atravesaron de costado a costado. ¿Yo que hacía si estaba aquí en Capacho?… no podía hacer nada”, comentó.

 

La madre de Paola no consideró pertinente hacer llamado alguno, ni al gobernador del estado, ni al gobierno nacional.

“¿Para qué hacer llamados al gobierno si ellos son los que están armando a los colectivos?. El Presidente salió diciéndolo, entonces, ¿qué esperar?”

 

Paola Andreina era la segunda de ocho hijos del matrimonio Ramírez Gómez, era soltera y no tenía hijos. Su sueño era proseguir estudios que por el momento tenía suspendidos.

De acuerdo a las declaraciones de la madre, la joven que vivía con la familia en una zona rural de Capacho Nuevo, municipio fronterizo del Táchira, había ido a la capital del estado a cobrar un dinero que le debían y realizar algunas compras de pinturas (maquillaje) con el novio, un joven de la misma localidad.

“El novio dice que la trató de proteger pero ella se desesperó, salió corriendo y él no pudo hacer nada”, dijo Darcy entre sollozos.

¡Justicia!

 

En la vivienda de la joven tachirense se realizaron los actos velatorios. Vecinos y amigos, conmovidos por la desaparición  tan intempestiva de Paola, gritaban: “¡Justicia, justicia!”, frente al féretro.

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Algunos de los presentes relataron que estuvieron en la marcha del 19 abril y que fueron intimidados por grupos de civiles armados, que recorrían la ciudad en motocicletas.

“De forma pacífica fuimos con nuestras banderas nacionales. Ahí habían hombres, mujeres y niños, pero de pronto empezaron a lanzarnos bombas lacrimógenas. Hubo disparos y los motorizados robaron a mucha gente. Vi como salían heridos muchachos que no podían llevar a los hospitales porque los detenían si llegaban. Soy venezolana y me duele la Patria. Antes, con los otros gobiernos fuimos felices y no lo sabíamos. Ahora tenemos un gobierno que nos maltrata, nos mata. Tengo 62 años y voy a seguir marchando, ahora pidiendo justicia por Paola”, dijo una amiga de la familia.

 

Al caer la tarde del jueves 20, los habitantes de Capacho cerraron la vía principal que conduce a la frontera para protestar en contra del asesinato de la venezolana.

Obstaculizaron la vía con escombros, cauchos y otros objetos. Sin embargo, la Guardia Nacional y la policía del estado dispersaron la manifestación usando gas lacrimógeno.

La escena del crimen

Durante más de tres horas, las calles adyacentes al lugar donde cayó abatida la tachirense de 23 años fueron tomadas por jóvenes, mujeres, hombres y niños que fueron replegados de la avenida séptima de San Cristóbal, en medio de los enfrentamientos a las afueras de la Defensoría del Pueblo.

El equipo periodístico de El Estímulo estuvo en el lugar y pudo constatar el temor de muchos de los presentes ante las amenazas de los equipos antimotines de la policía del Táchira, que aparecía inesperadamente por las esquinas lanzando gas para disuadir las pequeñas concentraciones de la sociedad civil que se formaban en calles y avenidas.

Portando banderas de Venezuela, el tricolor en las gorras y pancartas en contra del gobierno de Nicolás Maduro, los presentes se negaban a retirarse del lugar a pesar de las advertencias de la presencia de grupos de motorizados, presuntamente armados, que merodeaban la zona.

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“Cuidado con esas cámaras muchachas, mejor guarden todo, hasta el teléfono porque por ahí andan los motorizados y han robado a mucha gente”, advertían dos señoras al equipo periodístico.

Exactamente tres cuadras antes del lugar donde murió Paola, una hora y media antes del suceso, mujeres portando vestimenta de color blanco, rezaban a viva voz el Santo Rosario, mientras un grupo de la sociedad civil lo respondía, sin imaginarse que la muerte rondaba el lugar.

Mientras se finalizaba esta nota, se llevaba a cabo el entierro de Paola Andreina Ramírez Gómez en la población de Capacho Nuevo-Táchira. Familiares,  vecinos y amigos la despiden con llanto e impotencia porque aseguran que poco creen en la justicia. En la mañana del viernes y luego de haber declarado a los medios los padres de la joven abatida fueron llevados a rendir declaraciones a la sede del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (CICPC) con sede en San Cristóbal.