El viacrucis de los pensionados
En Maracaibo los pensionados necesitan al menos cuatro o cinco horas para poder cobrar en sus respectivos bancos. Desde las 5.00 de la mañana llegan a formar la cola en las afueras de la entidad para esperar su turno de conseguir efectivo.
La mayoría de las quejas y denuncias que sostienen se basan en las calamidades a las que están sometidos durante el proceso de cobro, el cual es largo, tedioso e incluso delicado para alguna de las personas enfermas que asisten.
Todo esto sin saber muchas veces qué les espera al entrar o al salir del banco, ya que no siempre se topan con la mejor disposición de los trabajadores, la cantidad de efectivo que deseaban sacar o la tranquilidad de saber si los billetes de 10 o 20 bolívares, con los que pagan generalmente, los aceptarán en la calle.
Distintas molestias
“El cafesero me hizo la cruz porque le quise pagar con billetes de 20. Ya nadie los quiere aceptar”, comentó uno de los abuelos, y afirmó que el papel moneda de baja denominación, pertenecientes al antiguo cono monetario, ya nadie los acepta.
El problema radica en que los bancos los siguen entregando y, aunque las cantidades que cobran son “pequeñas”, salen de las entidades con pacas de dinero, expuestos a asaltos. Casi todos los abuelos van solos y por sus propios medios a cobrar. Unos llegan en transporte público; otros, en taxis o carros particulares que los dejan allí. La inseguridad no los desampara.
Pese a que el pago de la pensión ocurre a mediados de cada mes, algunos abuelos esperan hasta los últimos días cuando baja el flujo de personas, para no tener que hacer dos o tres visitas prolongadas. “Yo siempre vengo tarde. Prefiero venir después del 20. Hay personas que llegan a las 6.00 de la mañana para que abran a las 8.00 y uno se va de aquí después del mediodía”, afirmó Héctor Serrano, afectado.
Humanidad y no comodidad
Quienes la pasan peor son los afectados de salud. Hay abuelos que padecen en las colas por razones externas como el calor o por enfermedades como diabetes, hipertensión y cardiopatías. “Hace dos meses me dio un desmayo aquí. Me agarraron dos señores que estaban conmigo y cuando pasé todavía tuve que esperar una o dos horas para que me atendieran”, explicó Marina Mache, hipertensa y operada de cáncer, quien comentó que estaba en la cola desde hace horas.
En los peores casos, los ancianos pernoctan en las entradas de sus sedes bancarias. Según informan los testigos, pueden llegar a las 5.00 de la tarde para que los atiendan a las 8.00 de la mañana del día siguiente. Gran parte de los desmayos, los desvanecimientos y las alteraciones en los niveles de tensión, se dan porque algunos omiten el desayuno y el almuerzo, para no perder su turno o por “no ir preparados”.
En los bancos están pagando por fracciones. Si una semana entregan 40 mil bolívares, para las siguientes disminuyen el monto hasta solo pagar 10 mil bolívares por persona. Los clientes de los bancos se quejan de la mala administración y circulación del cono monetario. Afirman que la solución es investigar qué pasa, cómo es la situación real desde el Banco Central de Venezuela y por qué no resguardan sus derechos humanos. “Con dos aumentos salariales más se acaba y cierra todo. Nos friegan”, se escuchó desde lejos mientras entró al banco otro grupo de cinco personas.