Atribuyen 5.000 muertes anuales en Europa al exceso de emisiones de diésel
El exceso de emisiones de óxido de nitrógeno, un producto cancerígeno, de motores diésel por encima de los valores límite establecidos es responsable de unas 5.000 muertes prematuras cada año en los países de la Unión Europea, Noruega y Suiza.
Esa es la conclusión a la que han llegado los autores de un nuevo estudio realizado por el Instituto Meteorológico Noruego en cooperación con el Instituto Internacional de Análisis de Sistemas Aplicados (IIASA, por su siglas en inglés) de Austria y la Universidad de Tecnología Chalmers de Suecia.
En un comunicado publicado este lunes por el IIASA, se alude al escándalo por la manipulación de los datos de emisiones de motores diésel que, tras salir a la luz como un problema del consorcio Volkswagen, afecta a varios fabricantes de coches.
La investigación se concentró en el efecto de esas emisiones excesivas en la salud de los europeos.
«Este nuevo estudio estima que cada año unas 10.000 muertes prematuras pueden atribuirse a las emisiones de óxido de nitrógeno de los automóviles, furgonetas y vehículos comerciales ligeros de motores diésel», explica el IIASA en un comunicado.
Y alrededor de la mitad de esas muertes, es decir, unas cinco mil, «se deben a que las emisiones de óxido de nitrógeno (NOx) son mucho más altas que los valores límite establecidos», añade.
«Si las emisiones de los automóviles diésel fueran tan bajas como las de automóviles de gasolina, podrían haberse evitado tres cuartas parteso unas 7.500 muertes prematuras», afirma en la nota Jens Borken-Kleefeld, experto en transporte del instituto internacional.
Los científicos recuerdan que, en total, «alrededor de 425.000 muertes prematuras anuales se asocian con los niveles actuales de contaminación atmosférica» en la región citada (los Veintiocho, Noruega y Suiza).
La situación varía de país a país, Italia, Alemania y Francia son los que registran el mayor número de muertes prematuras atribuibles a las emisiones de motores diésel, mientras que los números más bajos están en Noruega, Finlandia y Chipre, «donde los riesgos son por lo menos catorce veces inferiores a la media», concluye la nota.