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Celebran con cuatro eucaristías en honor a la virgen del Rosario

Los fieles católicos colmaron la iglesia Catedral Nuestra Señora del Rosario, en el casco central de Cabimas, para celebrar el día de la santa patrona de la urbe. Con cánticos y alabanzas honraron a la reina y madre de los costeños. Un centenar de flores blancas rodearon la imagen y adornaron la casa de Dios.

A las 7.00 de la mañana de ayer inició la primera eucaristía, de cuatro que organizaron para celebrar el día de la virgen del Rosario. La ofició Jorge Pérez Duno, párroco de la iglesia central de Cabimas. Un grupo de 54 niños recibió el sacramento de la Comunión, y para hoy se tiene previsto que participen el día de la “perseverancia”.

Pérez Duno explicó que la devoción a María del Rosario es la devoción más grande del pueblo de Cabimas. “La madre bajó para bendecir y estar cerca de esas personas que necesitan de ella, con oración y fe, intercede por cada uno de nosotros”.

La jornada

Tres horas después se realizó la segunda en la que participaron personalidades políticas y culturales y representantes de los cuerpos de seguridad, además del personal del ayuntamiento y paramunicipales de Cabimas. La misa estuvo a cargo de Jorge Rincón. A las 12.00 del mediodía se celebró la tercera eucaristía.

La solemnidad fue a las 5.00 de la tarde. El padre Rafael Caldera estuvo a cargo de la celebración especial. Una vez culminada, la imagen salió en procesión en los hombros de los Servidores de María  por las calles El Rosario, Carnevalli, Sucre, Mercedes y Miranda,  y finalmente retornó a su santa casa la iglesia Catedral.

Las actividades en honor a la patrona de Cabimas están programadas hasta  finales de este mes,  entre las que destacan el acercamiento de la imagen con su pueblo, en distintos recorridos a instituciones, viviendas y locales comerciales.

Origen de una devoción

Cada 7 de octubre, la Iglesia católica conmemora el día de Nuestra Señora del Rosario. La tradición cuenta que apareció por primera vez siglos antes de que se fijara una fecha en su honor. Fue en 1208, cuando la imagen sobre cuyas manos reposaba un rosario, aparece en una capilla del monasterio prouilhe de Francia, ante Santo Domingo de Guzmán, a quien la virgen le enseñó cómo rezarlo y le pidió que lo divulgara entre los hombres.

En Cabimas la imagen venerada apareció en un barco abandonado a las orillas del Lago de Maracaibo y fue merecedora de cultos en una pequeña ermita de palmas de coco, justo en el espacio donde funge la Plaza Bolívar.