El Papa por Venezuela en su mensaje de Navidad
Este lunes 25 de diciembre, el papa Francisco en su mensaje tradicional ‘Urbi et Orbi’ (a la ciudad y al mundo) por la Navidad hizo un llamado a que predomine el diálogo y la paz, que cesen los conflictos bélicos, se promueva la seguridad social de los pueblos, y se incremente la protección a la infancia.
En su alocución exhortó al orar a favor de la reanudación del diálogo de paz entre israelíes y palestinos, para la coexistencia pacífica entre dos Estados con fronteras acordadas por ellos y reconocidas internacionalmente.
El Sumo Pontífice se refirió al apoyo de aquellos países, que movidos por la buena voluntad, «desean ayudar a esa tierra martirizada a encontrar, a pesar de los graves obstáculos, la armonía, la justicia y la seguridad que anhelan desde hace tanto tiempo».
«A Jesús niño confiamos Venezuela para que pueda retomarse un encuentro sereno entre los componentes sociales en beneficio de todo el pueblo venezolano», dijo el Pontífice en sus palabras.
En su discurso el Papa hizo votos porque Siria «pueda finalmente volver a encontrar el respeto por la dignidad de cada persona, mediante el compromiso unánime de reconstruir el tejido social con independencia de la etnia o religión a la que se pertenezca».
Mencionó entre sus plegarias a Iraq para que sane las hostilidades y a Yemen «donde existe un conflicto con graves consecuencias humanitarias para la población que padece el hambre y la propagación de enfermedades».
«Vemos a Jesús en los niños de África, especialmente en los que sufren en Sudán del Sur, Somalia, Burundi, República Democrática del Congo, República Centroafricana y Nigeria, además de otras zonas del mundo donde la paz y la seguridad se ven amenazadas por el peligro de tensiones y nuevos conflictos», manifestó.
Con respecto al pueblo coreano, pidió porque se superen los antagonismos y aumente la confianza mutua por el bien de todo el mundo.
El Pontífice lamentó las condiciones de los niños de padres desempleados, a los que se han visto a trabajar desde temprana edad, a los que se encuentran alistados como soldados «y a tantos que se han visto forzados a abandonar sus países, a viajar solos en condiciones inhumanas, presas fáciles para los traficantes de personas».
Francisco se refirió también a los niños que encontró durante su reciente viaje a Myanmar y Bangladesh y manifestó su deseo de que la comunidad internacional continúe trabajando para proteger adecuadamente la dignidad de las minorías que habitan en esa región.