Éxodo de maestros e hiperinflación amenazan el futuro de la educación privada en Venezuela
La educación privada en Venezuela atraviesa la peor crisis de toda su historia. La hiperinflación y el colapso de servicios básicos hacen imposible el sostenimiento de estructuras de costos y la asistencia oportuna a las aulas de clases. El director del Colegio Monte Carmelo de Puerto Ordaz, Luis Gómez, catalogó como incongruencia total lo que se vive en el país, en donde la mensualidad de un plantel privado no supera el precio de un cartón de huevos, publica Correo del Caroní.
Entre 300 y 600 mil bolívares mensuales pagan padres y representantes por la educación de niños y adolescentes en instituciones privadas. Los ingresos alcanzan, mayoritariamente, para el pago de nómina con sueldos que no satisfacen las necesidades económicas del docente y trabajador.
La Asociación Nacional de Instituciones Educativas Privadas (Andiep) estima que, consecuencia de los bajos salarios y la crisis económica nacional, el éxodo de docentes de esta área académica es del 60%. “Si se te van los profesores y no puedes mantener una educación de calidad, ya es un cierre técnico del colegio, y eso ya está sucediendo en muchos lugares”, expuso el presidente del gremio, Alejandro Conejero.
En Puerto Ordaz hace dos semanas que los maestros del Colegio Internacional Miguel Otero Silva (Cimos) protestaron en la entrada de la institución para exigir salarios dignos. Tras la manifestación, la institución aumentó la mensualidad de 132 mil a 578 mil bolívares para poder incrementar los salarios de sus docentes, contó un representante de la unidad educativa, que no reveló su nombre.
El aumento fue insuficiente para honrar la exigencia salarial de los educadores. Muchos han preferido renunciar antes que subsistir con paupérrimos ingresos, por lo que la institución ha perdido profesores de informática, natación y música.
“Estamos perdiendo profesionales de calidad, con años de formación, que están en otros países demostrando la calidad de Andiep, ganando lo que vale su trabajo”, lamentó Conejero.
En estados como Táchira, por ejemplo, la crisis es mayor. Un profesor en Cúcuta, ciudad fronteriza de Colombia con Venezuela, puede ganar 50 millones de bolívares al mes, al cambio del peso con el bolívar. En Venezuela, el salario promedio oscila entre 2 y 4 millones de bolívares.
Aumentar los salarios y asegurar el mantenimiento de la infraestructura pasaría obligatoriamente por incrementos estrepitosos en las mensualidades de los colegios, que no podrían ser costeados por los representantes y, además, tampoco serían aprobados por la Superintendencia para la Defensa de los Derechos Económicos (Sundde).
El obstáculo del transporte público
El colapso general izado del transporte público genera ausentismo laboral o retraso en la llegada de los docentes. Conejero, educador y directivo radicado en el estado Carabobo, señaló que los profesores no llegan a tiempo a clases por escasez de unidades, realidad que se replica en el estado Bolívar, donde casi a diario hay protestas por falta de autobuses.
El salario de un docente ya no alcanza para comprar o siquiera mantener un vehículo propio. El director del Colegio Monte Carmelo, Luis Gómez, apuntó que de la nómina de 119 trabajadores de la institución, solo tres empleados tienen carro. “El colegio tiene 120 puestos de estacionamiento y anteriormente el visitante tenía que estacionar por fuera… Pero ahora, ¿Cuánto tiene que ganar un docente para pagar un caucho en 20 millones de bolívares?”, reflexionó.
Los colegios sobreviven de manos atadas, optimizando el único recurso del que disponen de sobra: la vocación de la enseñanza. “Hace un año la resma de papel estaba en 2 mil bolívares y ahora cuesta 1 millón 200 mil bolívares. Eso es un absurdo y pasa con todos nuestros costos: pintura, productos de limpieza… pero la Sundde solo autoriza aumentos de la mensualidad por concepto de salarios”, según el porcentaje que apruebe la Presidencia de la República.
El presidente de la Andiep detalló que, por esta razón, la mayoría de los planteles no puede invertir en infraestructura. “Comprar una computadora es impensable, cuando antes se renovaban cada tres años. Una lámpara puede pasar el millón de bolívares y un salón lleva varias… los mantenimientos de los aires acondicionados son impagables y muchos colegios han optado por poner ventiladores”. También recortan en gastos de papelería y jardinería. “Al final de este año escolar, el deterioro de los colegios va a ser más visible que nunca. El cierre técnico ya comenzó”, ratificó Conejero.
En 2016, el Colegio Integral Guayana, ubicado en el sector Los Olivos de Puerto Ordaz, decidió cerrar sus puertas luego de pasar cuatro periodos académicos sin producir ganancias. Antes de caer en decisiones que bajaran su calidad de servicio, prefirieron dejar de funcionar.
Frente al temor de que se repita esta historia, la sociedad de padres y representantes de algunos colegios en Ciudad Guayana han decidido, bajo de cuerda, coordinar el cobro de un aporte extra para costear los gastos del centro educativo que no se cubren con la mensualidad que aprueba la Sundde. Esta es la solución más arriesgada de todas.
Poca generación de relevo
Con un éxodo de más de la mitad de la plantilla de docentes a nivel nacional, el futuro de la educación en Venezuela se ve aún más amenazado por la poca cantidad de nuevos profesionales en formación.
El presidente de la Andiep subrayó que muchos colegios han debido contratar a profesionales de otras áreas, o incluso a bachilleres, para suplantar los docentes que se van y no tienen reemplazo.
La coordinadora académica de la Escuela de Educación de la UCAB Guayana, Lucnermys Noriega, informó que en la última graduación de educadores, en enero de 2018, obtuvieron su título solo tres profesionales, pertenecientes al programa de dos años de especialización en Física y Matemática, y Biología y Química, para personas tituladas en otras carreras.
En la próxima graduación, en enero de 2019, saldrán 20 nuevos educadores licenciados en las menciones de preescolar e integral. La cifra no es suficiente para la demanda local, y es así desde hace muchos años.
“Debe haber cambios en el país, si no, la educación privada tendrá un cierre inminente y la enseñanza quedará totalmente en manos del Estado. Eso parte del modelo que ha implementado este gobierno. Antes los colegios privados pagaban mejor que los públicos, pero por más que se hagan los ajustes, con la hiperinflación es imposible sobrellevar los sueldos”, explicó la académica.
Para combatir la crisis, la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) lanzó un programa de becas Educa 20/20, para financiar a quienes tengan vocación y aptitudes como educadores. Gracias a este, en el próximo semestre de marzo comenzarán a estudiar la carrera poco más de 40 jóvenes en la UCAB Guayana.
El Gobierno no escucha
Andiep agrupa a 126 colegios privados de todo el país y, anteriormente, sostenía encuentros con los ministros de Educación todos los meses, para buscar alternativas a la crisis. Conejero denunció que, desde que Elías Jaua asumió el despacho en enero de 2017, ninguna de las inquietudes del gremio de la educación privada ha sido atendida por el Ejecutivo.
Los tres expertos consultados concuerdan con que debe mejorar la economía del país para salvar la educación privada y de calidad que se consolidó en Venezuela con décadas de esfuerzo y preparación. El director del Colegio Monte Carmelo, Luis Gómez, añadió que también debe mejorar el sistema de educación pública, para no dejar todo el peso de la educación al sistema privado, que es lo que ha venido ocurriendo en los últimos años.
Pero pese a las dificultades, persiste la vocación. Gómez asegura que, si vuelve a nacer, volvería a ser educador, aunque al profesional de la docencia no se le honre con una justa remuneración. “Aquellos docentes que trabajan e insisten en el desarrollo de sus alumnos en Venezuela los felicitamos. Son unos héroes. Estamos orgullosos de ese sacrificio que hacen, porque reconocemos que es inaguantable”, concluyó el presidente de la Andiep, Alejandro Conejero.