Fármaco para el cáncer revierte problemas sociales vinculados al autismo
La incapacidad para relacionarse con los demás es una de las consecuencias más dramáticas de los pacientes con trastorno del espectro autista. Y, actualmente, no hay tratamiento para este síntoma.
Afortunadamente, una nueva investigación llevada a cabo por científicos de la Universidad de Buffalo (EE. UU.) revela la primera evidencia de que es posible emplear un único fármaco para aliviar los síntomas del comportamiento, ya que se dirige a conjuntos de genes implicados en la enfermedad.
La investigación, publicada en la revista Nature Neuroscience, demostró que el tratamiento breve con una dosis muy baja de romidepsina, un medicamento contra el cáncer aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), restableció de forma sostenida los déficit sociales en ratones con autismo.
El tratamiento de tres días revirtió los problemas en habilidades sociales en un gen llamado Shank 3, un factor de riesgo importante para el trastorno del espectro autista.
Este efecto duró tres semanas, abarcando desde el período juvenil hasta el final de la adolescencia de los roedores, una etapa crítica de desarrollo para las habilidades sociales y de comunicación, el equivalente a varios años en los humanos, lo que sugiere que los efectos de un tratamiento similar podrían ser de larga duración, apuntan los investigadores.