“Turquía es el mejor aliado para la seguridad de Europa”, Publicado en “Le Monde” el 20/03/2018
Mevlüt Çavuşoğlu,
Ministro de Asuntos Exteriores
La lucha contra organizaciones terroristas como Daesh y la gestión de los flujos migratorios
emigración son los mayores desafíos a los cuales se enfrentan los países europeos en la
actualidad. Turquía sigue desempeñando un papel de mayor importancia en la acción
internacional para hacerles frente.
Es Turquía quien ha permitido a la Unión Europea (UE) regular el flujo de emigrantes desde
Siria. No solo recibió a tres millones y medio de sirios, sino que también salvó la vida de
miles de ellos, evitándoles un peligroso cruce del mar Egeo para tratar de alcanzar Europa
occidental.
Turquía fue uno de los primeros países en reconocer a Daesh como una organización
terrorista. Turquía es parte de la coalición internacional contra ella.
Mientras que algunos países occidentales no lograban ni siquiera controlar el paso de los
jihadistas a través de sus aeropuertos, fue Turquía quien impidió la entrada de más de cuatro
mil viajeros sospechosos, ha devuelto a casi seis mil terroristas, ha detenido a más de diez mil
miembros de Daesh y Al Qaeda e hizo un gran esfuerzo Para establecer la seguridad de su
frontera de 911 kilómetros con Siria.
Sólo Turquía, desde el año 2016, ha involucrado a su ejército junto con el Ejército Sirio Libre
para luchar contra Daesh; mientras que otros miembros de la coalición permanecieron
satisfechos con una presencia muy simbólica en el terreno. La liberación de las ciudades de
Djarabulus, Al-Bab y sus alrededores por la operación «Escudo del Éufrates» dirigido por el
ejército turco, sigue siendo una de los pocos – si no es el único – ejemplo a seguir, ya que
permitió a cientos de miles de sirios regresar a sus hogares en paz.
Sin embargo, ¿se comprende bien si esta es la Turquía, de quien los europeos dependen para
su seguridad? ¿Su acción se describe, y, asimismo, se aprecia adecuadamente?
Desgraciadamente no es así.
El actual discurso anti-Turquía en Occidente es en parte un reflejo del aumento de la
xenofobia y el odio contra el islam, que a su vez se alimentan de la instrumentación de los
flujos migratorios mediante extremistas occidentales. Además, varios políticos
inescrupulosos han intentado camuflar, bajo su oposición “políticamente correcta” sobre la
pertenencia de Turquía a la UE, su mensaje xenófobo y anti musulmán, que se supone
satisface a su electorado.
Pero este discurso también tiene sus raíces en el rechazo de algunos a tener en cuenta la
gravedad de las amenazas que Turquía ha tenido que enfrentar durante los últimos años,
quienes, de manera absolutamente gratuita, acusan a sus líderes de autoritarismo y de no
respeto de los derechos individuales. ¿Pero cuáles otros países europeos podrían, mejor que
Turquía, respetar estos derechos si hubieran sufrido las amenazas y los desafíos que tuvieron que enfrentar: la acción violenta de grupos terroristas como Daesh o el PKK/PYD/YPG,
tomando el control de las regiones fronterizas; el sangriento intento de golpe perpetrado por
Fethullah Gülen y su hermandad el 15 de julio de 2016; el peso económico y social de los
inmigrantes sirios que viven a expensas del contribuyente turco. De hecho, ningún otro país,
podría haber manejado mejor tal acumulación de dificultades.
Como miembro del Consejo de Europa en Estrasburgo desde 1950, Turquía es signatario del
Convenio Europeo de los Derechos Humanos. Esta convención garantiza el respeto por los
tribunales turcos de los derechos individuales de todos los ciudadanos, como lo hace para
otros países europeos. Nadie puede afirmar que estos derechos sean menos respetados en
Turquía que en cualquier otro lugar de Europa.
Hoy, gracias a su determinación, Turquía logra impedir que organizaciones terroristas como
Daesh o el PKK / PYD/YPG emprendan acciones en su territorio. Los avances en la lucha
contra la organización terrorista de Fethullah Gülen pronto permitirán al Gobierno turco
levantar el estado de emergencia, que al igual que Francia ha pasado setecientos diecinueve
días bajo el mismo régimen.
Hoy en día, Turquía goza de una estabilidad política perfecta y del mayor crecimiento
económico entre los países europeos. También sigue siendo uno de los destinos turísticos más
seguros del mundo, con casi cuarenta millones de turistas recibidos cada año.
A la espera de una solución política en Siria, para la cual no escatima esfuerzos, Turquía tiene
como prioridad eliminar cualquier presencia terrorista en su frontera con este país, recordando
a quienes han olvidado, que esta frontera es también la de Europa y la OTAN con el Oriente
Medio.
La operación «Rama de Olivo» llevada a cabo [desde el 20 de enero de 2018] en Afrin contra
el PKK/PYD/YPG y su socio de la circunstancia Daesh, continuará hasta que este objetivo se
logre plenamente. Turquía no permitirá que esta organización terrorista ocupe el territorio
sirio en su frontera a cualquier costo y hará todo lo que sea necesario para aquellos que
tuvieron la falsa idea de utilizar a los terroristas PKK/PYD/YPG como mercenarios en una
supuesta lucha contra Daesh comprendan la magnitud de su error.
Se darán cuenta de que Turquía es, y seguirá siendo, su mejor aliado para la seguridad de
Europa y de la región.