Agroecología: la aplicación de principios ecológicos en los sistemas agropecuarios
La agroecología surgió hace décadas en América Latina como reacción a la exclusión de los pequeños agricultores y ahora recobra peso con ayuda de los movimientos sociales, que la tienen por «bandera del desarrollo».
Así lo argumenta la presidenta de la Sociedad Científica Latinoamericana de Agroecología (SOCLA), Clara Nicholls, que esta semana participó en Roma en el segundo simposio internacional sobre ese tipo de agricultura luego del primero celebrado en 2014.
Para comprender su evolución en la región hay que remontarse a la década de 1960, cuando numerosos gobiernos promovieron los postulados de la Revolución Verde, entre ellos la introducción de variedades mejoradas, pesticidas, fertilizantes y tecnologías de irrigación con el fin de aumentar la productividad.
Este modelo se enfoca en aprovechar las interacciones entre plantas, animales, seres humanos y medioambiente sin insumos externos como químicos o semillas transgénicas.
SOCLA iniciará este año el rediseño de explotaciones agrícolas en Puerto Rico y Haití, que sufrieron cuantiosos daños en septiembre pasado por el paso del huracán María.
Servirán de inspiración las medidas adoptadas por Cuba frente a esos sucesos extremos y los estudios que muestran que «las fincas más diversificadas resisten mejor los huracanes que las convencionales», apunta la especialista, para quien «el cambio climático es también una oportunidad de transformar los sistemas agrarios».
Nicaragua y Brasil son algunos países en los que más ha progresado la agricultura ecológica, aunque las experiencias se extienden a otros tantos. En el norte de Colombia, un sistema silvopastoril contribuyó a rehabilitar un paisaje degradado, incrementando los pastos. Las vacas, por ejemplo, pasaron de dar 1,7 litros de leche diarios a más de 4 litros en cinco años, según Nicholls.