Depresión: el foso del que se puede salir con ayuda
Referirse a la depresión ha dejado de representar un tema tabú en los útimos tiempos. La urgencia de atención que amerita el tema ha provocado que su análisis , manejo y solución ocupe el primer plano de las discusiones públicas. La depresión viene dada, en gran medida, por la pérdida de esperanza y en algunos casos deviene en sucidio.
Frente al complejo problema Ana Gabriela Pérez Barrios, Directora de la Escuela de Psicología Universidad Católica Andrès Bello asegura que “la depresión es un trastorno del estado de ánimo cuyos síntomas centrales son la pérdida de la capacidad de disfrute, problemas con el sueño y el apetito, tanto por defecto como por exceso, la falta de motivación para hacer las cosas que antes se hacían, y un estado emocional negativo acompañado por pensamientos de autocrítica, poca valoración, pocas ganas de seguir afrontando la cotidianidad y falta de sentido y significado de la vida”.
La depresión se manifiesta a través de distintas emociones. Algunas personas la expresan mediante irritación y molestia, mientras que otras tienen tanto desánimo o desesperación que tan solo demuestran cansancio o agotamiento. En este sentido es oportuno destacar que la depresión puede generar ideas suicidas que deben valorarse adecuadamente a fin de confirmar el eventual riesgo de atentar contra la vida.
Es así como Pérez Barrios apunta que “la visión de túnel se caracteriza por no poder ver alternativas y sentir que siempre se fracasa y las cosas salen mal. Acompañar a una persona en depresión implica no juzgarla y saber que eso es algo que la sobrepasa y abruma, que no tiene el control total de su emoción negativa. Escuchar de los demás cosas como “no llores”, “piensa en todo lo bueno que tienes”, “no tienes razón para sentirte así”, aleja a la persona pues no se siente entendida y consolada, todo lo contrario, se siente cuestionada, lo que aumenta su malestar interno pues le valida la impresión de que molesta a los demás”.
Cuando nos referimos a un trastorno depresivo nos referimos a la afectación del funcionamiento cotidiano de la persona, cuando sufre mucho y esto ocurre por un tiempo prolongado. Ejemplos de ellos se dan cuando la persona no tiene preocupación por arreglarse, socializar, hablar con otras personas, asimismo cuando le cuesta concentrarse en las actividades que requieran esfuerzo. Por el contrario esta persona prefiere quedarse en cama.
La profesional de la psicología también explica que, muy frecuentemente, la depresión se acompaña de ansiedad, ataques de pánico o sentimientos persistentes de aprehensión y temor, así como pensamientos catastróficos de que algo terrible puede ocurrir. Las personas sienten esta angustia en su cuerpo como un peso en el pecho o dificultad para respirar e incluso como parálisis de sus miembros y dolores inespecíficos (Fibromialgia).
Depresión y suicidio en Venezuela
Entendiendo que la depresión puede llevar en algunos caso al suicidio cabe destacar que en el caso nacional, Mérida ha resultado el estado con el mayor índice de estos hechos. Esto, de acuerdo a estudios del Observatorio Venezolano de Violencia que además ha determinado que, ocho de cada diez sucesos de este tipo durante 2017, se registraron en el eje central y urbano de la entidad andina.
Freddy Crespo, coordinador de la organización explica que la población predominante son los hombres.
“En 25% de los casos, los suicidas tenían entre 14 y 24 años, y en otro 25% tenían entre 44 y 57 años. Se trata de una población joven y en edad productiva, no de un jubilado o una persona en edad terminal. Además, 75% de los suicidas fueron hombres y alrededor del 60% utilizó el método del ahorcamiento”, argumentó Crespo.