Pokémon Go inspira tendencia global para inspeccionar el movimiento del agua
Una aplicación para teléfonos móviles inspirada en Pokémon Go se ha convertido en una herramienta de gran utilidad para voluntarios que intentan «actualizar mapas» sobre los movimientos del agua a partir del curso de riachuelos.
La aplicación «Stream Tracker» (Rastreador de arroyos) permite que el usuario, al llegar a un arroyo, responda preguntas sobre su ubicación, si el agua fluye o si el arroyo está seco o congelado, información que luego llega al Departamento de Ciencias de Ecosistemas y Sustentabilidad de la Universidad Estatal de Colorado (CSU).
La aplicación siguió el patrón del juego de realidad aumentada Pokémon Go, en el que los jugadores se desplazan por distintos lugares para tratar de capturar a las populares criaturas de Pokémon.
«¿Cómo podemos desarrollar mejores pronósticos sobre el movimiento del agua si ni siquiera sabemos dónde están los arroyos?», se preguntó Stephanie Kampf, hidróloga y profesora de CSU, en declaraciones a EFE.
Inicialmente, 64 voluntarios de Colorado comenzaron a supervisar 337 arroyos en ese estado, logrando más de 4.500 mediciones y 2.150 observaciones, mientras que gracias a CitSci, el proyecto se expandió a 483 sitios en todo el planeta, con más de 750.000 puntos de recolección de datos a nivel global.
Según Kampf, los datos recolectados han permitido crear mejores mapas, incluso de aquellos pequeños arroyos que naturalmente fluyen con intermitencia, los cuales son parte de un «ecosistema sano», explicó también que es necesario algún tipo de formación científica o de conocimientos tecnológicos, sino solo la habilidad de llegar hasta uno de los puntos de monitoreo y usar el sitio web de CitSci para ingresar los datos solicitados.
Esa información luego se analiza «desde una perspectiva científica» para entender el mecanismo de flujo de los arroyos, lo que a su vez permite pronosticar el suministro de agua en una región y, como consecuencia, crear mejores mapas del hábitat de las especies acuáticas, posteriormente los datos se comparten con las comunidades correspondientes, confiando en que la información «motivará a la gente a participar en la protección de los caudales de agua».