Estados Unidos y China iniciaron negociaciones para evitar una guerra comercial entre las mayores economías mundiales. El presidente estadounidense ha presentado múltiples denuncias debido al déficit en las relaciones comerciales entre ambos países, las cuales ha calificado de «desleales».

Trump delegó a su secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, para las conversaciones a realizarse entre las naciones mencionadas. Entre los integrantes de la delegación estadounidense están el secretario de Comercio, Wilbur Ross; el representante de Comercio Internacional, Robert Lighthizer y al consejero económico de la Casa Blanca, Larry Kudlow.

 

Estados Unidos amenaza a China con imponer aranceles a productos chinos importados por valor de 50.000 millones de dólares, una medida que podría ser efectiva a partir del 22 de mayo.

Las reuniones que celebrarán tendrán inicio el jueves en Pekín y seguirán en la embajada estadounidense en la capital China. Por su parte el país asiático está representada por el viceprimer ministro Liu He, cercano al presidente Xi Jinping y máximo responsable de la política económica del gigante asiático.

No obstante, EEUU pide reducir en 100.000 millones de dólares el déficit en las relaciones comerciales con China, que en 2017representaron un total de 375.000 millones de dólares, y espera obtener además una mayor apertura del mercado chino a sus productos.

Washington también quiere reforzar la protección de su propiedad intelectual y critica las transferencias de tecnología «forzadas» que China impone a las compañías extranjeras que trabajan en el país.

Ambas partes quisieron, sin embargo, rebajar las expectativas de que las negociaciones logren un gran acuerdo.

«Es una etapa constructiva, a condición de que Estados Unidos sea sincero (…) pero teniendo en cuenta la complejidad de las economías de ambos países no es realista pensar resolver todos los contenciosos con esta negociación», dijo el portavoz de la diplomacia china, Hua Chunying.