Día de la radiodifusión: 92 años de historias en el dial
Cuando salió al aire La Voz de Carabobo, aquel 6 de junio de 1936 comenzó a consolidarse la presencia de la radio en Venezuela. Inmediatamente después, las ondas hertzianas «comenzaron a hablar» a través de las emisoras que iban creándose en todo el país: Ondas populares, las marabinas Ondas del Lago y la Radio Nacional.
Este 2018 la radiodifusión venezolana suma 92 años de historia. Como una ráfaga de «Ayre», la radio se instaló en nuestro país a mediados de la década de los 20, en pleno régimen de Juan Vicente Gómez.
Cuando las antenas para las transmisiones de aquella primera emisora aparecieron en Nuevo Circo, la gente no paró de especular: se construyeron para alumbrar las corridas de toros cuando caía la noche, o seguro se trataba de un artificio destinado a espiar y encarcelar a los conspiradores. Es así, como el célebre periodista Óscar Yanéz recuerda las expectativas de los caraqueños ante aquellos primeros pasos de la radio.
«¿Qué dijo la radio?, se convirtió en la gran pregunta del Siglo XX, su palabra era sagrada», escribió.
La programación de «Ayre» era muy sencilla: noticias del oficialista Nuevo Diario de Caracas, presentaciones de la Banda Marcial o música de pianola, entretenían a quienes sintonizaban la emisora.
Había pocos aparatos pero la gente se reunía para escuchar la radio
Sin embargo, el nuevo medio era un lujo, no todos podían costear el aparato que además requería cancelar una suscripción de 20 bolívares. Entonces, se impuso la inventiva criolla y los venezolanos comenzaron a confeccionar radios de galena, (una piedra sulfatada a la que añadían circuitos y cables).
Esta triquiñuela de las «radios pirata», y la paranoia del General Gómez quién comenzó a temer que aquel medio se volviera en su contra, sofocó el «Ayre», de la primera emisora venezolana a escasos dos años de su creación.
Radionovelas: drama y misterio
Fue Edgar J Anzola quién le devolvió a los venezolanos la ilusión de escuchar la radio, aliándose con el empresario William H Phelps, quién mandó a traer los aparatos de Estados Unidos que podían comprarse en cómodas cuotas en sus almacenes del centro de Caracas.
Phepls también fue el primer gran anunciante de la radio en Venezuela al convertir los diales en vitrinas para promocionar sus productos. Con este sistema, las emisoras recibieron suficientes ingresos para mantenerse a flote sin cobrar suscripciones. En ese contexto, el año 1930 vería nacer a One Broadcasting Caracas (1BC), posteriormente radio Caracas Radio (RCR).
La RCR se destacaría por sus producciones dramáticas. El libretista y fotógrafo Alfredo Cortina puso en vilo a la audiencia con radionovelas como El Misterio de los Ojos Escarlata o la comedia costumbrista Santa Teresa. Tal era la aceptación de esta última ficción, que cuando sus personajes se casaban la oficina de la radio se llenaba con regalos de boda enviados por los oyentes.
En su libro: Estamos al aire 18 temas sobre la cátedra de radio (2002), el locutor Oswaldo Yepes revive la época dorada de la radio venezolana, con entrevistas a los personajes más emblemáticos de este medio. Tal es el caso de Cecilia Martínez, la primera mujer en desempeñarse como locutora y actriz en las producciones de Radio Caracas Radio ( y más adelante televisión).
Rivalidades en el dial
En los años cuarenta las Orquestas se disputaron los bailes de los radioescuchas: la Billo’s tenía un espacio con su nombre, que competía todas las tardes con el Té Danzante de Luis Alfonzo Larrain y su conjunto. Ambos se presentaban totalmente en vivo, pues las grabaciones todavía estaban lejos.
Por allá por los 50, la televisión aterrizó en los hogares venezolanos, y la radio fue desplazada por aquel nuevo aparato, que además de hablar transmitía imágenes en movimiento.
Tras un prolongado declive, la atención de las audiencias volvió a las ondas hertzianas con una propuesta que surgió directamente del clamor Hippie de los 60´s. Hablamos de Radio Capital, cuyo certero eslogan era: «la emisora que hizo gustar la radio otra vez».
Izda a Dcha: Iván Loscher, Tinedo Guía, Napoleón Bravo Rogelio Lezama y Cappy Donzella
Radio Capital pegó entre los jóvenes por el espíritu subversivo de sus locutores, quienes difundieron la música de Led Zeppeling, Pink Floyd, y otras agrupaciones underground.
Hemos contado solo un par de las tantas anécdotas en las que la radio resuena como un medio que tiene casi un siglo en aquello de: educar, entretener e informar a las audiencias.
Asimismo, a lo largo de su historia, el Día de la Radiodifusión ha sido aprovechado para rechazar la censura, que desde siempre ha pretendido acallar la voz de este medio.