Opinion

CUERDA DE BANDIDOS.. Verdades dolorosas Ernesto García Mac Gregor

Dos noticias de prensa tomadas al azar la semana pasada atestiguan la
magnitud de la corrupción existente en la dirigencia chavista. La primera se refiere
a los 38 mil millones de dólares gastados desde 1999 hasta 2016 en los dos
planes de desarrollo eléctrico nacional, cuyos resultados negativos están a la vista
de todos, aparte del sobreprecio calculado en 23 mil millones de dólares.
Eso significa que el 61 % del dinero invertido en 15 años se lo robaron. La
noticia es pertinente porque el ex viceministro de Chávez, Nervis Villalobos (2001-
2006) fue detenido por segunda vez el miércoles pasado en España, por blanqueo
de capitales. Le decomisaron la pequeña bicoca de 72 millones de euros.
El segundo ejemplo es la misión Agro Venezuela, que tenía previsto la
siembra de millones de hectáreas para triplicar la producción agrícola, de pollos,
huevos, carne y pescado según proyectos presentados. Para lograr este fin
expropiaron granjas (de donde procedía el 50% del pollo y huevos que
consumíamos), procesadoras de leche (Lácteos Los Andes), decenas de hatos
donde se producía el 40% del consumo nacional de carne. Se adquirió
maquinarias, vehículos, barcos de pesca, equipos e implementos de todo tipo por
el orden de los 50 mil millones de dólares mediante créditos en bolívares y dólares
preferenciales.
Hoy no se produce ni el 15% de lo que producían estas empresas cuando
eran privadas. Sólo quedaron una cantidad de plantas, equipos, galpones,
muelles, instalaciones a lo largo del país que no lograron arrancar ni producir
aunque fuera una mínima parte de lo previsto. Es así como la Planta Procesadora
de Soya por ejemplo, hoy está abandonada y sus instalaciones y equipos
irrecuperables, mientras que miles de hectáreas están abandonadas.
Todo lo cual demuestra, que desde el principio de este comunismo, los
ladrones de la dictadura se han estado robando, y lo siguen haciendo

descaradamente, el dinero de los venezolanos, al tiempo que destruyen
sistemáticamente al país.
La idea es robar y dejar robar para que se embadurne todo el mundo
dejando una estela de complicidad que compromete desde el ambicioso magnate,
pasando por el sinvergüenza sindicalista hasta el inútil obrero que nunca ha
trabajado en su perra vida. Que oiga quien