Juan Guaidó y el “riesgo bien calculado” de su decisión
La que fue una enorme movilización en la capital y que tuvo como destino la plaza Juan Pablo II de Chacao, terminó con un hecho que podría marcar un antes y un después en la política venezolana. Al cierre de su discurso, Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional, se juramentó como mandatario encargado del país.
Las palabras retumbaron y fueron celebradas por los presentes, quienes pedían esta acción desde que el pasado 10 de enero Nicolás Maduro asumiera la Presidencia de la República para el periodo 2019-2025, tras unos comicios con irregularidades y que no fueron reconocidos por la oposición venezolana ni la comunidad internacional.
Pero la decisión y ejecución traen consigo una serie de acciones que podrían desarrollarse en los próximos días para alimentar el ajedrez político que oficialismo y oposición disputan, pero cuyos reclamos sobre el primero tienen que ver en cómo los gobernantes manejan las reglas a placer.
“Fue un acto político de primera magnitud, el más dramático que se podía tomar”, aseguró Luis Salamanca, politólogo, quien recordó que el mandamás del Parlamento venía llegando gradualmente a esta decisión luego del 10 de enero.
Frente a esto y con un mandatario marcado por aplicar políticas desacertadas y que atenta contra los derechos humanos, no es extremista pensar que la jugada desataría un nuevo reclamo por sus consecuencias en el ámbito legal.
“Guaidó se está jugando el pellejo”, indicó el especialista. “Se está metiendo con el toro en el centro de la plaza (…) una vez que te lanzas por esa vía tú tienes que tener medido lo que te pueda pasar y lo previsibles son detenciones y agresiones personales”.
No obstante, lo hecho por el diputado representa “un riesgo bien calculado”.
“Este señor (Guaidó) ya le está roncando en la cueva y en el terreno del poder (a Maduro)”, por eso “el gobierno tiene que evaluarlo porque no está atacando a cualquier persona, está atacando al presidente de la Asamblea Nacional, respaldado por medio mundo”.
Tras su juramentación, varios países de la región reconocieron al representante de Voluntad Popular como mandatario nacional. Pero esto no es el fin de la crisis.
“No puede haber dos presidente en el mismo territorio”, algo que para Salamanca deja la pelota del lado de Maduro. “Imagino que mandará a poner preso a Guaidó”, una movida previsible, en principio, porque “no le ha servido para nada las decisiones del Tribunal Supremo de Justicia”.
Pero para que la decisión del parlamentario se cumpla, deben añadirse otros factores a la ecuación política.
“La eficacia de esa decisión depende de contar con el respaldo de las instituciones venezolanas y la Fuerza Armada”, agregó.