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La educación se ahoga en medio de la emergencia

En el estado Carabobo, como en prácticamente todo el país, la situación de caos que existe en materia educativa se ha convertido en un asunto que incluyen en la lucha por los derechos humanos y que esperan sea reconocido por organismos como la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

Desde Valencia, la organización no gubernamental Padres Organizados, ha alertado sobre la gravedad que reviste la pérdida de actividades académicas que son causadas por factores externos como falta de electricidad, de luz, de transporte público, entre otros.

Mariana Pérez, integrante de la directiva de la ONG mencionada, dijo que estas limitaciones no solamente afectan a los estudiantes sino también con los docentes que dejan de ir a clases porque tampoco consiguen efectivo para el pago de los pasajes.

Pérez indicó que los problemas también incluyen la falta de provisión de los alimentos que permitan una comida balanceada a través del Programa de Alimentación Escolar (PAE), que muchas veces es la única comida que reciben los estudiantes en el día.

“Hay momentos en que solo llega arroz, pero sin algún tipo de proteínas, sin sal ni aliños. Muchas veces son los padres los que se reúnen y colaboran para llevar la sal o aliños y así pueden garantizar que tenga algún gusto la comida”, expresó la vocera de Padres Organizados.

Con respecto a la deserción escolar, Pérez refirió que han observado, a través del estudio, un porcentaje  elevado de estudiantes que han abandonado las aulas.

“Un 70% de los niños no asiste regularmente al colegio porque no tiene alimentos, los padres no tienen dinero para el pasaje y en ocasiones deben quedarse a cuidar a sus hermanitos. Un porcentaje similar de docentes falta a clases por las mismas razones, es decir porque no tienen alimentos o pasaje. Esto combinado hace que el recurso humano que se está formando sea muy poco”, subrayó.

Por lo descrito, consideró que dentro de la emergencia humanitaria compleja que se vive en el país, la educación es de suma importancia “porque el recurso afectado son los niños y adolescentes, es decir el futuro del país”.

¿Cómo exigir y ayudar?

En medio de la situación, algunos docentes ahora se preguntan cómo van a exigir a sus estudiantes que retomen su ritmo con la mayor normalidad cuando han vivido una crítica experiencia sin luz y sin agua, en muchos casos también sin gas doméstico para que les preparen sus alimentos.

María Herrera, docente de Valencia, señaló que es importante considerar el entorno complejo de los alumnos y ser comprensivos con ellos.

“Podemos reprogramar las clases pero qué haremos para subirle el ánimo a los muchachos, o cómo los convencemos que si estudian podremos avanzar en este país”, sostuvo la educadora.

Similar reflexión hizo Yamilé Pérez, una docente de preescolar que labora en Los Guayos. “Lo primero que pienso es cómo vendrán en estos días los niñitos, si estarán alterados o decaídos. También pienso en si habrán podido comer lo más adecuadamente posible. Todas son interrogantes, pocas son certezas”.