Plasma sanguíneo contra la COVID-19: todo lo que debes saber
En Venezuela, el pasado fin de semana, se invitó a la población a donar sangre para este propósito. ¿Es seguro y eficaz? Vamos a revisar todo lo que se sabe de este tratamiento.
Estados Unidos emitió una autorización de emergencia para utilizar plasma sanguíneo de pacientes con coronavirus ya recuperados como tratamiento contra la enfermedad. En Venezuela, el pasado fin de semana, se invitó a la población a donar sangre para este propósito. ¿Es seguro y eficaz? Vamos a revisar todo lo que se sabe de este tratamiento.
¿Qué es el plasma sanguíneo?
Cuando una persona tiene COVID-19, su organismo produce anticuerpos que combaten el coronavirus. Estas proteínas flotan en el plasma, el componente líquido de la sangre y se le llama oficialmente «plasma convaleciente».
Los anticuerpos se pueden recolectar de pacientes que se han recuperado de la enfermedad e inyectarlos en la sangre de otros para ayudarlos a combatir la misma infección.
Bautizada «inmunización pasiva», la idea no es nueva. Ya se probó antes contra la difteria en 1892 y luego contra la pandemia de gripe española en 1918.
¿Cómo se piensa usar en Venezuela?
El 21 de agosto la vicepresidenta de Nicolás Maduro, Delcy Rodríguez, encabezó una jornada de trabajo con el llamado «Consejo Científico de Venezuela en el Palacio de Miraflores» y anunció la habilitación del número 0800PLASMA-1 (0800-752762), para la evaluación de donantes para un tratamiento de la COVID-19.
Los donantes de sangre deben cumplir los siguientes requisitos: deben ser mayores de 18 años y menores de 60 años y que se hayan curado de la enfermedad. Según los voceros chavistas, en los centros hospitalarios públicos y privados de la capital, así como en el hospital centinela de Maracaibo, estado Zulia, ya se están recibiendo donantes.
¿Es seguro y eficaz?
La investigación sobre estas cuestiones está en curso, pero algunas señales iniciales han sido alentadoras.
En junio, la Clínica Mayo, con sede Rochester (Minnesota), analizó la seguridad del plasma después de una transfusión en un grupo de 20.000 pacientes con COVID-19, y encontró tasas extremadamente bajas de efectos secundarios como insuficiencia cardíaca, lesión pulmonar, reacciones alérgicas y muerte.
«Concluimos que el uso de plasma convaleciente era seguro», dijo a la AFP el doctor Scott Wright, quien dirigió el estudio que se publicó en la Mayo Clinic Proceedings.
Es importante destacar que no hubo signos de un efecto llamado «potenciación dependiente de anticuerpos», generado cuando los anticuerpos que no son adecuados para detener un virus en realidad conducen a que más células se infecten.
Sobre la cuestión de qué tan útil resulta el método, todos los expertos coinciden en la necesidad de más ensayos clínicos para comparar el uso del plasma con la atención médica estándar.
El doctor Soumya Swaminathan, científico jefe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), dijo que algunos ensayos más pequeños han informado de los hallazgos. «Los resultados, en algunos casos, apuntan a algún beneficio, aunque no han sido concluyentes», matizó.
Otro estudio de la Clínica Mayo, que no fue un ensayo clínico y aún no ha sido revisado por pares, sugirió que el plasma ayudó a reducir la tasa de letalidad entre los pacientes hospitalizados cuando se administró de forma temprana y en momentos en que los niveles de anticuerpos eran altos.
Pero no se usó placebo, lo que dificulta la interpretación de los hallazgos.
En ese estudio participaron 35.000 pacientes y mostró que aquellos que recibieron transfusiones en los tres días después de su diagnóstico de COVID-19 tuvieron una tasa de muerte del 8,7% a la siguiente semana.
De su lado, aquellos que recibieron plasma después de cuatro o más días tuvieron una tasa de muerte del 11,9%.
Investigadores de la Universidad Johns Hopkins -centro de referencia en el tema de la COVID-19 en Estados Unidos- están llevando a cabo una prueba en la que utilizan plasma para inmunizar a los pacientes antes de que tengan la posibilidad de enfermarse.
David Sullivan, que dirige este ensayo, lo comparó con una «vacuna inmediata».
Si funciona, «podemos decirle a la gente que si tiene un alto riesgo… puede ponérsela y no tiene que preocuparse por ir al hospital», dijo a la AFP.
Si bien científicos creen que hay ventajas con el uso de plasma, a largo plazo se considera mejor apelar a anticuerpos más específicos.
Las ventajas son que los médicos saben exactamente lo que están usando y pueden dosificar las dosis. Además, los medicamentos pueden producirse en masa.
En sentido contrario, y dado que el virus está mutando continuamente, los anticuerpos que se produjeron en un laboratorio para combatir una versión anterior del virus podrían no ser tan efectivos como el plasma recién recolectado.
¿Qué dice la OMS?
La Organización Mundial de la Salud se mostró cautelosa respecto a la aprobación del uso de plasma de pacientes recuperados de COVID-19 para tratar a personas enfermas.
El organismo dijo que la evidencia sobre la efectividad del tratamiento sigue siendo de «baja calidad». «Hay una serie de ensayos clínicos en todo el mundo que analizan el plasma convaleciente en comparación con el estándar», dijo a periodistas el científico de la OMS, Soumya Swaminathan.
«Solo algunos de estos han informado resultados provisionales (…) y por el momento, todavía hay evidencia de muy baja calidad», agregó en una conferencia de prensa.
«Recomendamos que el plasma de convalecencia sea todavía una terapia experimental. Debe continuar evaluándose en ensayos clínicos aleatorios bien diseñados», afirmó Swaminathan.
La FDA: ensayos y vueltas
La Administración de Alimentos y Medicamentos estadounidense (FDA) ha emitido previamente autorizaciones de emergencia para el antiviral remdesivir , después de que se demostrara que tiene una eficacia moderada contra el coronavirus, y también para el medicamento antipalúdico hidroxicloroquina, la cual posteriormente se revirtió debido a preocupaciones de seguridad.
Los analistas políticos han cuestionado que el momento de la última resolución de la FDA, surge en un momento en que Trump va por detrás en las encuestas de las elecciones de noviembre en las que el magnate busca su reelección.
De hecho, al hacer el anuncio, tanto Trump como el comisionado de la FDA, Stephen Hahn, tergiversaron una estadística clave cuando dijeron que el plasma redujo las tasas de mortalidad en un 35%.
La portavoz de la FDA, Emily Miller, aclaró más tarde en su cuenta de Twitter que la cifra se refería a la reducción relativa del riesgo de mortalidad de las personas que recibieron niveles altos de anticuerpos en el estudio de la Clínica Mayo en comparación con los que recibieron niveles bajos.
Esto «mina la credibilidad de todo el gobierno y la administración de Estados Unidos, pero específicamente de estas instituciones», consideró el médico Matthew Heinz, profesional del estado de Arizona que trabajó en el Departamento de Salud del ex presidente demócrata Barack Obama.
Esta nota incluye información de AFP.