Suben a 100 los muertos por las 2.750 toneladas de nitrato de amonio que estallaron en Beirut
Una fuerte explosión en un almacén de la zona del puerto de Beirut sacudió este martes 4 de agosto a la capital libanesa. El número de muertos sube a 100 y el de heridos es ya de más de 4.000, según informa la Cruz Roja libanesa.
Tras unas primeras horas de muchas especulaciones, las autoridades libanesas explicaron lo ocurrido: 2.750 toneladas de nitrato de amonio estaban almacenadas en el depósito del puerto de Beirut que explotó este martes. Lo informó el primer ministro Hasan Diab, quien fue citado por agencias de noticias. A pesar de esta declaración, continúan las investigaciones sobre el origen de el estallido que fue doble: una explosión más pequeña a la que le siguió una mayor.
Según AFP, el dirigente dijo: «Es inadmisible que un cargamento de nitrato de amonio, estimado en 2.750 toneladas, se halle desde hace seis años en un almacén, sin medidas preventivas. Esto es inaceptable y no podemos permanecer en silencio sobre este tema».
El nitrato de amonio es una sal blanca e inodora que se utiliza como base para muchos fertilizantes nitrogenados en forma de gránulos, aminonitratos, altamente solubles en agua. Pero también se usa para fabricar explosivos y ha causado varios accidentes industriales.
«No tendremos descanso hasta que encontremos a la persona responsable de lo sucedido para que rinda cuentas», prometió el primer ministro, de acuerdo a AFP.
(Foto: STR / AFP)
El Consejo Superior de Defensa «recomienda» al gobierno decretar el «estado de emergencia» durante dos semanas en la ciudad de Beirut.
Durante este periodo, un «poder militar supremo se encargará de todas las prerrogativas de seguridad», según el comunicado final del Consejo Superior de Defensa.
El gobierno celebrará una reunión de urgencia el miércoles.
El estallido se sintió prácticamente en toda la capital de Líbano. Foto: EFE
Video en redes sociales
Imágenes difundidas en las redes sociales muestran la detonación y una gran nube con forma de hongo elevándose en el cielo, provocando una onda expansiva que afectó a varios barrios de la ciudad y produjo cuantiosos daños materiales.
El Ministerio de Salud ordenó a los hospitales «recibir a los heridos a cuenta del ministerio», en un breve comunicado difundido en su cuenta oficial de Facebook. Es decir, que no se les exiga dinero para atenderlos y curarlos. La Cruz Roja libanesa está llamando a sus colaboradores a que se movilicen con urgencia.
Según el canal de televisión libanés Al Mayadín, afiliado al grupo chií Hizbulá, el almacén que explotó contenía gasolina.
Zona de desastre
Beirut fue declarada «zona de desastre», anunció por su parte el Consejo superior de Defensa libanés.
«Es una catástrofe en todos los sentidos», lamentó el titular de Salud, Hamad Hassan, al ser interrogado por la televisión cuando visitaba un hospital.
«Los hospitales de la capital están todos llenos de heridos», subrayó, antes de pedir que se trasladen a otros afectados a centros hospitalarios de las afueras de la ciudad.
Antes, el director general de la Seguridad General, Abas Ibrahim, había dicho que las explosiones podrían deberse a «materiales altamente explosivos confiscados desde hace años», pero agregó que la investigación determinará la «naturaleza exacta del incidente».
«Hago un llamado a todos los países amigos y a los países hermanos que aman a Líbano a estar a su lado y ayudarnos a curar nuestras heridas profundas», dijo el primer ministro, Hassan Diab.
El presidente Michel Aoun convocó una «reunión urgente» del Consejo Superior de Defensa y el primer ministro decretó un día de luto nacional para este miércoles.
«Es una catástrofe dentro (del puerto). Hay cadáveres en el piso. Ambulancias se llevan los cuerpos», dijo a la AFP un soldado en las cercanías del lugar.
Los medios locales difundieron imágenes de personas atrapadas en los escombros, algunas cubiertas de sangre.
Marinos de la ONU heridos
Un buque amarrado en el puerto estaba en llamas, constataron periodistas de la AFP. Un oficial pidió a los periodistas que se alejaran del sector al temer una explosión del combustible del barco.
Soldados de la misión de la ONU en Líbano (Finul), cuyo barco estaba anclado en el puerto de Beirut, resultaron gravemente heridos, anunció el martes por la noche la Finul.
Los marinos heridos, «algunos de los cuales gravemente», fueron evacuados hacia «los hospitales más cercanos». No se dieron datos sobre la identidad y la nacionalidad de las víctimas. «Estamos con el pueblo y el gobierno libanés (…) y dispuestos a suministrar asistencia», agregó la Finul, fuerza multinacional de mantenimiento de la paz presente en Líbano desde 1978.
«Propulsados»
Dos horas después de la explosión, las llamas seguían vivas en la zona. Un helicóptero cargaba agua del mar para apagar los incendios.
«Hemos visto un poco de humo y después una explosión. Y después un hongo (de humo). La fuerza de las explosiones nos ha propulsado hacia atrás en el apartamento», cuenta un habitante del barrio de Manssouriyeh, que vio la explosión desde su balcón, a varios kilómetros del puerto.
Después de la explosiones, numerosos habitantes, algunos de ellos heridos, caminaban por las calles con dirección a los hospitales. Ante el centro médico Clémenceau, decenas de heridos, entre ellos menores, cubiertos de sangre, esperaban a ser atendidos, según un periodista de la AFP.
Casi todas las vitrinas de los comercios de los barrios de Hamra, Badaro y Hazmieh estallaron al igual que las ventanillas de los autos.
En las calles había vehículos abandonados con los airbags inflados.
Según testigos, las deflagraciones fueron oídas hasta en la ciudad costera de Larnaca, en Chipre, a más de 200 km de las costas libanesas.
Ayuda internacional
La comunidad internacional respondió al desastre: Francia envió varias toneladas de material sanitario. Estados Unidos y Alemania –que cuenta con miembros del personal de su embajada en Beirut entre los heridos– también ofrecieron ayuda. Incluso Israel está dispuesto a dar «ayuda humanitaria y médica» a su vecino libanés, con el que se halla todavía técnicamente en guerra.
«Era como una bomba atómica. He visto de todo (en mi vida), pero nada semejante», declaró a la AFP Makruhie Yerganian, un profesor jubilado que vive desde hace más de 60 años frente al puerto.
Esta tragedia se produce en un momento en el que el país atraviesa su peor crisis económica en décadas, marcada por una depreciación monetaria inédita, hiperinflación, despidos masivos y drásticas restricciones bancarias.
Un comerciante que prefirió guardar el anonimato y que se encontraba en un barrio a algunos kilómetro de la zona sostuvo para El Estímulo: «Pensé que era un coche bomba que había explotado a mi lado. Yo iba manejando y el coche se alzó como 30 centímetros del suelo. El vidrio trasero explotó de la presión».
Con información de AFP y EFE