Luis Vicente León defiende llamado a votar de Capriles porque “tiene derecho a intentar una acción de cambio”
“La división opositora ya no es entre partidos sino entre quienes creen que hay que jugar en todos los tableros y quienes piensan que sólo se debe congelar el juego o esperar los Marines”. De esta manera reaccionó Luis Vicente León al debate generado en torno a la propuesta del líder político Henrique Capriles Radonski, quien llamó a votar en las elecciones parlamentarias previstas para el 6 de diciembre.
“Puedes o no estar de acuerdo con Capriles, pero quienes creen que la estrategia adoptada estos 20 meses no ha funcionado y rechazan jugar la ere paralizada como respuesta, tienen el mismo derecho a intentar una acción de cambio”, argumentó, y dijo que: “La falta de unidad es asunto de ambos no de uno solo”.
El presidente de Datanálisis y profesor del IESA insistió en “que votar o no votar en esta elección sesgada, sin unidad ni estrategia para defender los derechos ciudadanos es un dilema falso que conduce al mismo vacío” y sostuvo que “la acción de votar es activa y puede pescar algo inesperado”, mientras que “la abstención pasiva sólo pesca un resfriado”.
Invasión extranjera
Indicó además el analista que “plantear que la única solución al problema es una intervención extranjera, además de menospreciar la responsabilidad de trabajo y lucha interna, concluye que el problema es irresoluble, cuando el actor que podría intervenir dice que es un planteamiento surrealista”.
“Lo que no entiendo es que se sorprendan de que la oposición, luego de mucho tiempo sin lograr su objetivo de cambio, se fracture ante la estrategia a seguir a futuro, sin tener un conjunto de reglas consensuadas que le sirvan para dirimir la disidencia natural del ser humano”, abundó.
León calificó además como “absurdo llevar el debate a un plano simplista de buenos y malos en la oposición”.
Dijo en este marco que “hay posiciones divergentes en un país que no logra producir el cambio deseado por 80% de la población”, cuyo “pecado” es “no tener reglas comunes para decidir juntos”, pero alertó que se trata de “un pecado compartido”.