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Más del sueldo mínimo gastará una familia por solo un día de playa

Una familia de cinco integrantes gastará más de 6.000 bolívares diarios para poder disfrutar de un día de playa en el estado Vargas, durante la temporada de Carnaval, mientras que una persona sola gastará hasta 1.000 bolívares diarios, pero sin consumir alcohol.

“Un día de playa supera 6.000 bolívares entre el traslado, el alquiler de toldos y sillas, y la compra de algunos alimentos. Trajimos el almuerzo, pero igual se gasta”, comentó Yadira Artigas.

Los comerciantes Nelly Ferreira, en Macuto, y José Manzanilla, en Camurí Chico, afirmaron que los alimentos cada día suben de precio y se hace imposible mantener una tarifa única. “Cada vez consigues menos productos. Si pagas hasta el triple por un plátano, no puedes vender la ración de tostón con precio congelado porque pierdes esfuerzos e inversión”, dijo Ferreira.

Agregó que en las últimas semanas han sido pocos los que han ido a las playas. “Las ventas han estado frías”, dijo.

Manzanilla aseveró: “El pescado lo aumentan todos los días. Mientras más demanda hay en el muelle pesquero, lo suben de precio sin importar que compres muchos kilos”.

En Camurí Chico una rueda de pescado cuesta entre 500 y 600 bolívares; los calamares, 800 bolívares; cinco piezas de tostón, 150 bolívares; 8 piezas, 220 bolívares; y de 12 piezas, 279 bolívares; la ración de pollo, entre 280 y 500 bolívares; la empanada, 50 bolívares y el refresco, 100 bolívares. Por un toldo y dos sillas hay que pagar 250 bolívares y 50 bolívares la silla adicional.

Ferreira y Manzanilla coinciden en que los precios aumentarán hasta 30% en Carnaval debido a las restricciones para adquirir insumos. “Existe una competencia desleal porque se permite la venta de comerciantes foráneos que solo se aprovechan de las temporadas para hacer su dinero sin control sanitario alguno”, dijo Ferreira.

Cila Romero, comerciante en Playa Verde, dijo que las limitaciones con el servicio de transporte, alumbrado y seguridad mantienen a los comerciantes al borde de la quiebra.

“En Las Salinas estamos abandonados. El gobierno solo se preocupa de la foto en las playas del centro, pero en las del este aún seguimos con kioscos de latón y sobreviviendo”, dijo la comerciante Cecilia Ramírez.