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Venezuela se ha convertido en un país donde los abuelos se quedan sin nietos

La difícil situación que se vive en Venezuela ha generado que cada día el emigrar se vuelva costumbre, residentes del país tricolor deciden agarrar sus maletas para buscar un futuro que en su propia nación no pueden alcanzar. El ABC de España ha hecho una reseña sobre esta situación basada en lectores que han utilizado el portal para hablar con total libertad sobre su vida en el país.

Isabel se está despidiendo del país que conoció: la Venezuela de quedarse hablando en la puerta de casa con los vecinos, de estar hasta tarde festejando e incluso la de cocinar arepas. Porque no consiguen harina ni leche como tampoco un futuro, justicia o verdad, dice. “Este es un país de despedidas en el que los padres prefieren a sus hijos lejos y en el que los abuelos se quedan sin nietos”, escribió en ABC.es.

Esta caraqueña ha sido una de las más de 400 personas que han participado en la iniciativa “Cuéntanos de Venezuela”, puesta en marcha por este medio hace algo más de dos semanas. Los lectores han podido contar con total libertad y en primera persona cómo se vive en el país latinoamericano, lo bueno y lo malo, lo que añoran y lo que no les gusta. La buena acogida de esta iniciativa avala que sus cuidadanos quieren contar su historia, han escrito desde Caracas, Guarenas, Valencia, Maracaibo o Ciudad Guayana, pero también desde Miami (EE.UU.), Amantea (Italia), Medellín (Colombia) así como de todos los puntos de la geografía española.

Los testimonios no dejan lugar a dudas: Venezuela añora otra Venezuela. Una en la que no haya miedo, ni odio, ni escasez y se respeten los derechos fundamentales: muchos de los participantes contactados posteriormente han preferido no mandar su foto, no revelar sus apellidos, no dar demasiados detalles. “Aquí te vas un mes a la cárcel simplemente por quejarte de las colas”, explican. Por eso, las muestras de gratitud hacia este periódico por poner a su disposición esta ventana desde la que asomar su voz han sido inmensas.

“Mis padres vivieron en un país donde todo era esperanza, pero de las oportunidades que tuvimos ya no queda nada”, cuenta Isabel cargada de emoción tras ser contactada por teléfono. “Nos robaron impunemente el país”. En 16 años, desde que Hugo Chávez alcanzara el poder, la situación ha cambiado tanto que para muchos ahora es un lugar extraño.

Nomi, desde Valencia, en el estado de Carabobo, explica que para retirar una cantidad considerable de dinero de una taquilla, hay que llevar guardaespaldas ya que “el mismo personal de los bancos avisa a los delincuentes para atracar”. No hay productos de primera necesidad, dice, ni siquiera papel higiénico, desodorante o detergente. “He visto cómo en una cola una mujer decía, levantándose la camisa y mostrando un cuchillo: “Aquí van cinco personas”. Vivimos una situación hostil”.

José Miguel, hoy desde Madrid, coincide plenamente: adora los paisajes de Venezuela, pero emigró forzado por el deterioro de una sociedad que comenzó a sentir odio, racismo y xenofobia por culpa del discurso chavista. Critica la merma de la educación y que la sanidad cueste hoy en Venezuela más que en Estados Unidos. Sin embargo, sigue sin encontrar palabras para explicar el miedo de escuchar una moto acercarse o lo que es oír cada noche disparos de arma de fuego y rezar para que ningún familiar ni amigo haya caído.