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El Papa defiende el matrimonio pero pide una Iglesia abierta

En el mensaje, el papa Francisco defendió el matrimonio entre un hombre y una mujer para siempre, aunque también dejó espacio para quienes fracasen en el intento.

Roma.- «Una Iglesia con las puertas cerradas se traiciona a sí misma y a su misión», aseguró hoy el papa Francisco en la homilía de la misa con la que dio inicio en el Vaticano al sínodo de obispos dedicado a la familia.

En el mensaje, el pontífice defendió el matrimonio entre un hombre y una mujer para siempre, aunque también dejó espacio para quienes fracasen en el intento, citó DPA.

«Para Dios, el matrimonio no es una utopía de adolescente, sino un sueño sin el cual su criatura estará destinada a la soledad», señaló el pontífice en la homilía, en la que recordó las palabras del Evangelio según San Marcos en las que se dice que «lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre».

«Esto significa que el objetivo de la vida conyugal no es sólo vivir juntos, sino también amarse para siempre».

Sin embargo, reconoció también que puede haber fracasos, y que la Iglesia tiene la tarea de ser el «buen samaritano de la humanidad herida».

El papa citó a su antecesor Juan Pablo II, que dijo que «el error y el mal deben ser condenados y combatidos constantemente; pero el hombre que cae o se equivoca debe ser comprendido y amado».

Hasta el 25 de octubre un total de 270 obispos y cardenales de todo el mundo debatirán sobre temas en torno al matrimonio y la familia en la Iglesia católica. Entre otros se abordarán también cuestiones difíciles como la posición respecto de los divorciados vueltos a casar, los homosexuales, la anticoncepción y el aborto.

El sábado un prelado vaticano sorprendió al anunciar públicamente su homosexualidad y presentar a su pareja, de origen catalán, con el objetivo, dijo, de llamar la atención del sínodo.

El polaco Krzysztof Charamsa, de 43 años, era hasta ahora secretario adjunto de la Comisión Teológica Internacional, adscrita a la Congregación para la Doctrina de la Fe, además de dar clases de teología en la Pontificia Universidad Gregoriana.

Poco después de su revelación en una entrevista con un medio, el Vaticano anunció que no podrá seguir ejerciendo sus tareas y lo criticó por decidir dar a conocer su situación justo antes del sínodo.

En la homilía Francisco también subrayó que «hoy se vive la paradoja de un mundo globalizado en el que vemos tantas casas de lujo y edificios de gran altura, pero cada vez menos calor de hogar y de familia».

También destacó la importancia de «amar» el tiempo en el que se encuentra la Iglesia, y acompañarlo.

Al término del rezo del Angelus, el religioso recordó a los numerosos niños que sufren hambre, guerra y pobreza, en alusión a la crisis de los refugiados. «Golpean a nuestras puertas y nuestros corazones y piden ayuda», dijo. «Que el Señor nos ayude a no ser sociedades-fortaleza sino sociedades-familia, capaces de acoger. Con reglas adecuadas, pero acoger».