Imágenes de la crisis
Las colas en mercados, abastos, farmacias y panaderías forman parte del nuevo paisaje, gente buscando mangos también es parte del panorama que cada día se ve más en las calles de Venezuela
Ya no son solo los chamos quienes tumban mangos de las matas, no son precisamente indigentes quienes abren las bolsas de basuras en búsqueda de sobras para alimentarse, tampoco los perros que deambulan por las calles son los tradicionales «callejeros», ahora los acompañan mascotas abandonadas por sus dueños. Ya hay camiones que llevan un aviso con la inscripción: «No transporta alimentos».
Las colas en mercados, abastos, farmacias y panaderías forman parte del nuevo paisaje. Estudios recientes en el estado Miranda revelan que un altísimo porcentaje de los escolares, aspiran que las escuelas permanezcan abiertas en el periodo vacacional, porque allí reciben merienda, siendo esta una de las dos comidas que consumen diariamente.
Imágenes recientes expresan la grave crisis que vivimos. Ya casi se ha convertido en lugar común la afirmación cierta que se trata del fracaso de un modelo, de políticas económicas que nos han conducido a una situación sin precedentes en la historia contemporánea.
Las protestas por la ineficiencia de los servicios públicos o por la inseguridad fueron desplazadas por las de exigencias de alimentos. Las manifestaciones se intensifican en todo el país, el Gobierno responde con su faz más represiva. Temen que el estallido social progresivo -ya iniciado-se generalice y se produzca en forma simultánea.
La situación en el campo de la salud ,agravada por la escasez de medicinas adquiere proporciones verdaderamente dramáticas. Las cifras en materia de inseguridad cada vez son más alarmantes.
Mientras tanto los voceros del Gobierno intentan trasmitir un optimismo sin basamento en la realidad, el Vicepresidente para él área económica afirma: «Estamos convencidos que los niveles de abastecimiento van a mejorar». Freddy Bernal expresó que con ese invento ineficaz y discriminatorio denominado CLAP las colas » van a ir bajando en las próximas semanas». ¡Como si se tratara de un problema de convencimiento!
Por el contrario todo indica que la situación tiende a agudizarse no se resolverá con discursos, actúan como creyendo que su gastada retórica pudiera tener efectos mágicos. Al negarse a recibir la ayuda internacional para alimentos y medicinas, pretenden ocultar una realidad ya conocida mundialmente.
Después de la destrucción de las empresas expropiadas pretenden regresarlas a sus anteriores dueños, la mayoría ya no tiene interés en recuperarlas por las dificultades que en la actual coyuntura significaría volver a ponerlas a producir. Están haciendo gestiones para privatizarlas, algunos de sus dirigentes ahora reconocen los errores.
Los venezolanos estamos pagando un altísimo costo por las enormes y graves pifias cometidas en estos diez y siete años. Los que gobiernan no tienen la voluntad ni la capacidad para rectificar. Su tiempo ya les pasó.
Es necesario plantear con fuerza la exigencia de aceptar la ayuda internacional para atender la emergencia. A la vez que la fuerzas democráticas adelanten todos los preparativos para alcanzar una solución de fondo que está asociada -necesariamente- a lograr el cambio político.
Tal como se ha venido definiendo, el referéndum revocatorio constituye la alternativa para conquistar ese objetivo. El adversario no se resigna e interpone todo tipo de obstáculos y apela a las más variadas trampas, montando diversas provocaciones para intentar impedir esa opción pacífica y constitucional. Nuestra acción creativa y perseverante podrá derrotar sus propósitos.
Para obtener la victoria es imprescindible conservar y consolidar la Unidad, favorecer el encuentro con las diversas esferas del descontento social y político para continuar ampliando la nueva mayoría. Cambiar de rumbo es indispensable para superar la crisis, para evitar que sigan apareciendo nuevas y lamentables imágenes como las descritas al inicio de estas líneas, no son otra cosa que el reflejo del empobrecimiento general, del hambre que día a día es más sentida por amplios sectores sociales.