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Estrictos controles en los aeropuertos turcos para evitar fugas de golpistas

Las autoridades turcas han aumentando los controles de seguridad en los aeropuertos para evitar la huida de partidarios del predicador islamista Fethullah Gülen, al que el Gobierno acusa de estar detrás del fallido Golpe de Estado del pasado viernes.

Los chequeos afectan especialmente a quienes poseen los llamados pasaportes verdes y grises, un tipo de documentación que reciben los funcionarios de los niveles más altos de la Administración y que les permite viajar a muchos países sin necesidad de visados.

Varios afectados por esos controles declararon a la emisora CNNTürk que están siendo enviados para gestiones de una oficina a otra en el aeropuerto y que muchos pasajeros están perdiendo sus vuelos.

También el diario Hürriyet asegura que los funcionarios que ostentan esos pasaportes están siendo sometidos a largos procesos de inspección.

La cúpula del poder ha insistido en que tras la asonada está Fetullah Gülen, un predicador islamista exiliado desde años en Estados Unidos, y que cuenta con muchos seguidores en la policía y la judicatura turca y distintas instancias de la Administración.

Aliado durante años del presidente Recep Tayyip Erdogan y del partido del Gobierno, el islamista AKP, desde hace tiempo el Gobierno acusa a Gülen de tratar de crear un Estado paralelo para desestabilizar el país.

De hecho, la Fiscalía califica la red gülenista como «organización terrorista de Fethullah Gülen (FETÖ)», pese a que no se conoce ningún mensaje del predicador a favor de la violencia o el uso de armas.

Tras el fracaso del Golpe, el Gobierno ha iniciado una purga en la Administración públicas, con miles de detenciones y suspensiones de jueces, policías, militares y funcionarios en general.

Sólo del Ministerio del Interior han sido expulsados 8.777 empleados, sobre todo policías y gendarmes, mientras que de los demás ministerios fueron suspendidos unos 1.500 funcionarios.