Opinion

ILEGALIZAR LA OPOSICIÓN. DECLARAR LA DICTADURA. Audio..

    Abordar hoy la noticia del día es difícil. Difícil para un comunicador que debe llevar un mensaje informativo veraz, que, en medio de lo perturbadoras que puedan resultar ciertas noticias, no deje de transmitir algo de sosiego, paz y confianza en una audiencia de gentiles y consecuentes oyentes. Y es difícil transmitirla porque la noticia de hoy esta hirviendo en un caldo de violencia.

Ayer la señora Tibisay Lucena dejó en veremos, embarcó, faltó a su palabra, irrespetó al pueblo venezolano. Ella misma había dicho que el 26 de julio daría los resultados del informe sobre la validación de las firmas. Hoy El Nacional nos dice que el inconveniente no fue algún quebranto de la señora Lucena sino lo siguiente: “La Junta Nacional Electoral entregó a la Comisión de Participación Política el informe después de las 4 de la tarde y no hubo tiempo de revisarlo”. Eso es un insulto, señora Lucena, para todos los venezolanos. Y el insulto se agrava porque usted informa, desfachatada e irresponsablemente, que será el lunes 1 de agosto cuando por fin darán el informe. ¿Por qué no hoy, Lucena? ¿Por qué no mañana? ¿Por qué ni siquiera el viernes? Si, además, como bien declaró ayer el diputado Juan Carlos Caldera, de la MUD: “Todo el mundo sabe que superamos el 1%. Tenemos el acta. Pero sigue el manguareo. Exigimos la fecha para comenzar a la recolección del 20%.”

Cuando decía que  la noticia del día hierve en violencia, lo decía por frases como esta que leo en El Tiempo de Valera: “Olvídense del revocatorio -eso lo dijo ayer en Valera Diosdado Cabello-. Ese proceso no va ni en el 2016 ni en el 2017, si la oposición dice que no habrá diálogo sin revocatorio, entonces no habrá diálogo. Si quieren calle, vayan a la calle, para que nos consigan (…) Si cometen la locura de que algunos van a tomar las armas contra la república, tengan la certeza que también tomaremos las armas, no nos dejaremos”.

A ver, ¿reacciona así Cabello por su formación de teniente? ¿Será acaso por su espíritu camorrero que tanto lo limita y degrada? Cabello, ir a la calle a manifestar es un derecho consagrado en la Constitución. Nadie en la MUD, cuando ha dicho que se va a la calle a reclamar al CNE, ha expresado, ni tácita ni veladamente, que se va a un acto de violencia. Pero cuando Cabello dice que “vayan a la calle para que nos consigan”, está reaccionando como el imberbe desadaptado que en el bachillerato dice te espero a la salida. Ese es el mismo espíritu del provocador por naturaleza que es Jorge Rodríguez. Éste, ayer, llegó a otro acto de violencia increíble, insólito: pidió nada menos que cancelar la inscripción de la MUD como partido. ¿Y si se elimina la MUD en qué quedamos? ¿Qué hacemos si se ilegaliza a la oposición?, como bien titula hoy el diario El Tiempo, en Bogotá. ¿No es esta una acción definitivamente dictatorial? ¿Esa es la opción única que ven Cabello, Rodríguez y demás dirigentes del Psuv? ¿Sólo la violencia? ¿Solo que se maten los venezolanos entre sí?

El argumento de Jorge Rodríguez para pedir la anulación de la MUD dice: “Se trata de la mayor estafa que se haya cometido en la historia electoral de nuestro país”. Habla de estafa el representante de un régimen que ha estafado durante 17 años al pueblo venezolano. Y cuando digo al pueblo venezolano, incluyo también, obviamente, a la población chavista, la que seria, honesta e ilusamente creyó en el proyecto que vendió Hugo Chávez. Proyecto que solo terminó en pobreza, hambre, fallas en la educación, en la salud, en la seguridad y en miseria generalizada. Eso sí es un fraude. El fraude más grande que se haya conocido en nuestra historia republicana.

Por lo pronto, hoy miércoles 27 –el día después del irrespeto- se va a la calle porque, según Henrique Capriles, “que haya revocatorio depende de nosotros los venezolanos, el gobierno no quiere, el CNE no quiere, el TSJ no quiere, si el pueblo se deja robar su derecho ¿que más nos harán los corruptos de este gobierno?”

Y esa es la pregunta” ¿qué más nos van a hacer? La última amenaza, el último argumento, es ya la violencia abierta. ¿Quién pagará esta sangre?