CHÁVEZ FORJADOR DE ODIOS, Verdades dolorosas .Ernesto García Mac Gregor
Cristóbal Colón, al intentar llegar a las Indias Occidentales dándole la vuelta al
mundo por rumbos desconocidos, se topó con un nuevo, gigantesco y nunca soñado
continente que representó un hito importantísimo en la historia universal que cambiaría
radicalmente el futuro de la humanidad.
El Comandante que se creyó eterno, satanizó este glorioso momento como un
genocidio y ordenó retirar la estatua de Colón del parque El Calvario. De seguida,
vándalos chavistas “juzgaron” la estatua homónima del Paseo Colón, la consiguieron
culpable, la derribaron, desmembraron, pintorrearon de rojo y ahorcaron en la vía
pública. Desde el descubrimiento comenzó el resentimiento.
El tirano sembró la xenofobia contra los conquistadores, europeos y foráneos al
tiempo que se alió con sátrapas enemigos del mundo. “Lárguense extranjeros
explotadores”. Hasta tildó de traidores a los caciques que pactaron con los españoles.
No sabía que fue culpa del tiempo y no de España. Ignoraba que conquistar y ser
conquistados ha sido la historia de la humanidad, y que los victoriosos imponen su
cultura, religión y manera de ser a los derrotados para satisfacción de la gran mayoría
de la especie humana.
El de la revolución bonita desconocía que España no tuvo precedentes en los
cuales orientarse durante la conquista y colonización y que obró según sus propios
cánones matizados a las ideologías de la época. El rencoroso no sabía que es
necesario colocarse en el contexto histórico de la época para poder juzgar.
A pesar de todas sus imperfecciones, el imperio español estableció un inmenso
conglomerado de personas llamado hispanidad que hoy pueblan un mismo continente y
hablan un mismo idioma sin que existiera entre ellos diferencias de raza, de credo o de
hermanos.
Hasta que llegó el tirano a imponer su odio de clases, “los ricos roban a los
pobres”, su siembra de rencor entre hermanos, “o estás conmigo o eres mi enemigo”, y
su racismo, “los judíos mataron a Cristo y desde entonces se han ido engulleciendo
(sic) de riquezas y causando pobreza e injusticias alrededor del mundo". Sus ofensas,
vulgaridades, revanchismo, humillación, burlas, tirrias e insultos a quienes lo
adversaban o tuvieran éxito no tiene comparación con su peor oprobio, odiando era
implacable. Que oiga quien tiene oídos…