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Aguinaldos para comida

La pérdida del poder adquisitivo del venezolano vuelve nimias las expectativas por los bonos de fin de año. Los aguinaldos y utilidades, que anteriormente servían a los trabajadores para equipar sus casas y comprar regalos de Navidad, ya no alcanzan para otra cosa que no se consiga en un supermercado. La opción del ahorro se diluye entre los altos y constantes niveles de inflación.

Transcurrió la primera quincena de noviembre y recae la responsabilidad del pago del beneficio por parte de los empleadores. De acuerdo con la Ley Orgánica del Trabajo, el mínimo de utilidades sería el equivalente a 30 días de trabajo, que para un empleado que gane salario mínimo, se calcularía en 27 mil 91 bolívares. El monto máximo, de cuatro meses de labores, se ubicaría en 108 mil 364 bolívares para el mismo trabajador.

Gustavo Machado, profesor de la Facultad de Ciencias Económicas de LUZ, asegura que si se toma en consideración que el rubro de alimentos y bebidas no alcohólicas presenta un incremento en su precio superior al resto de los bienes y servicios; el destino conveniente de los recursos sería la compra de alimentos de larga duración.

“La idea sería satisfacer las necesidades de los rubros básicos que serían alimentos y medicinas y en caso de que se tenga un excedente, dirigir los recursos al mantenimiento de los activos familiares”, explica el economista, ejemplificando con la reparación de algún electrodoméstico o de alguna pieza automovilística.

A pesar de que el Banco Central de Venezuela no publica sus estadísticas macroeconómicas, el experto considera que los cuatro aumentos salariales de este año reflejan que la inflación es mayor a la del año pasado. El Fondo Monetario Internacional (FMI) calcula que en 2016, Venezuela cerraría con una inflación cercana a 720 por ciento, probablemente la más alta del mundo por cuarto año consecutivo.

Drama

Gilberto Gudiño Millán, presidente de la Unión Empresarial del Comercio y los Servicios del estado Zulia (Ucez), afirma que a pesar de que la situación es dramática para el sector privado, los empresarios harán frente a su compromiso con sus trabajadores. “Pero más allá del pago es el uso que los empleados le puedan dar”.

El dirigente del gremio cuestiona que el empleado formal pueda costear gastos como regalos de Navidad para los niños y la tradicional cena navideña. “Los ingresos que se obtienen son para tratar de bajar las deudas de tarjeta y comida. Ya hemos vivido unas ferias condicionadas, que son un preámbulo de navidades condicionadas por la caída del poder adquisitivo”.

Plan vital

Para Machado, es vital que se aplique un plan de estabilización económica en la que se pueda rebajar vigorosamente la tasa de inflación y que la producción se pueda reanimar. “Para eso es una condición indispensable el acuerdo de los principales actores que hacen vida en la sociedad venezolana, estamos hablando de un acuerdo no solo entre actores políticos, sino que incluye a actores como trabajadores y empresarios independientemente de sus niveles de cercanía”.

La primera medida que debería aplicar el Ejecutivo, insiste, es el cese del financiamiento por parte del Banco Central de Venezuela a las empresas públicas estatales no financieras, como es el caso de Petróleos de Venezuela. “El resultado lo tardaríamos en ver por lo menos un semestre. Por eso es que es tan importante que se adopte lo más rápido posible”.

 

 

Precio navideño

Jean – Bs. 35 mil

Franela – Bs. 18 mil

Chemise – Bs. 20 mil – 22 mil

Nevera – Bs. 600 mil

Lavadora nueva 11 kg. – Bs. 469 mil 999

Cuñete de pintura blanca – Bs. 41 mil 999

Celular Android sencillo – Bs. 121 mil 999

Bicicleta para niños – Bs. 43 mil