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Una joven visión de Semana Santa

Jóvenes párrocos de la Iglesia marabina exponen la necesidad de incorporar a la juventud en los siete días de honra a Jesús. Los sacerdotes Invitan a participar en las actividades parroquiales y no acudir a Dios solo para pedir milagros en caso de necesitarlos

El padre Rhonald Rivero de la iglesia El Pinar, conocido como el padre 2.0, habla sobre la importancia de la Semana Mayor para los católicos.

Cada cual vive la Semana Santa como Dios le da a entender y le parece. No es igual quizás como una persona de tercera edad la comprende, a como un joven la percibe o un niño la conoce. Igual en lo básico, pero bajo diferentes matices, los jóvenes párrocos de la Iglesia marabina invitan a vivir los siete días de reflexión sin abandonar el descanso y diversión en que se ha convertido el momento litúrgico más intenso del año.

En la historia, la tradición de Semana Santa surge de la necesidad de honrar a Jesús. Los días no laborables se decretaron para que las personas pudieran participar de manera activa en sus cultos y parroquias. En las emisoras de radio solo se escuchaba música religiosa y clásica. Poco o casi nada queda de eso, expone el padre Rhonald Rivero de la iglesia El Pinar, conocido como el padre 2.0. El rescate, a su juicio, depende de la motivación que precisamente los párrocos y las familias les pueden imprimir a los más jóvenes.

“Cuando se abandona en la familia la promoción de la fe, desde adentro del hogar, no resulta importante para ningún integrante vivir los momentos espirituales a través de la Semana Santa. Hay pocos planteles educativos que ofrecen la oportunidad de conocer a Dios. Es cuando la familia más lo debe hacer”.

Lo mismo que un familiar hace cuando un ser querido muere al honrarlo de la forma más especial, indica Rivero, es lo que debe esperarse de la Semana Santa hacia Jesús. “Hay personas que solo pretenden pedirle milagros y favores todos los días como si fuese una especie de mago o milagrero. Pero es mucho más. Este tiempo (siete días) es para conocerlo y alabarlo”.

Cuatro tareas

Para Rivero, la mayoría de la gente no viaja, se queda en su casa de manera muy sedentaria o en el aburrimiento de no tener que hacer. A ellos los invitó a buscar el programa de la parroquia más cercana y participar en algunas de las celebraciones que son gratuitas.

“Debemos buscar atención espiritual preventiva, no solo cuando tengamos alguna enfermedad o tristeza.  Podemos pedirle a Dios, pero también dedicarle tiempo propio”.

Si se desea buscar paz en el país se deben aprovechar los momentos que conducen a ella. Así Javier Fuenmayor, párroco de la iglesia María Auxiliadora, manifiesta la necesidad de que en Semana Santa sean fortalecidos los valores espirituales, sobre todo de la juventud, para lograr dicho propósito.

Desde su visión, los siete días contados del Domingo de Ramos (13 de abril) hasta el de Resurrección (20 de abril) de Semana Santa se pueden vivenciar en cuatro etapas: reparar, al conducir la existencia por caminos de vida más personal; conversión, al incorporar nuevos pensamientos puestos en la palabra de Dios; santificación, a fin de alejarse de errar mal; y salvación, de conducir los actos de cada día hacia Dios.

Las redes sociales en ese aspecto, concluyó, pueden contribuir para hacer de esta semana más atractiva a los jóvenes al hacer un uso enfocado en la evangelización.

Alternativas

En la iglesia El Pinar, el padre Rhonald Rivero presenta alternativas para que los jóvenes se motiven a participar en ejercicios espirituales durante Semana Santa con el programa Navegando con Jesús. En este se les designan retos de superación a su altura a fin de permitirles conocer más a Jesús y a sí mismo. “A diario ellos tienen muchos retos que ponen en límite el uso de sus emociones y autocontrol. Es una experiencia de aprendizaje divertida que los ayuda a encontrase con Jesús”.